¡Feliz cumpleaños! No sabes la ilusión que me hizo descubrir que te tenía que enviar la carta el día de tu 40 cumpleaños! ¡Muchísimas felicidades!
En primer lugar regalarte mi mejor sonrisa, mis mejores deseos, mi más sincero cariño hacia ti…¿Cómo se presenta el día y sobre todo el año? Siento que estará repleto de grandes proyectos así que prepárate que esto se anima. Te mando una vela para que la puedas soplar y pedir tu deseo más íntimo y secreto…recuerda que se hará realidad…así que elige bien.
Me
encanta que en tu última carta me hablases de la sonrisa. En mi largo running
del domingo (ahora estoy disfrutando con "tiradas largas", superando los 20km para ir acumulando km por placer. En mi mente está poder llegar hacer alguna ultramaratón al final del curso, ya lo veremos, pero te lo explico en otra carta)
pensaba sobre los motivos que me hacen reír y sonreír. Pensando sobre
ello me doy cuenta que según en la etapa de la vida que nos encontramos lo
hacemos de una forma u otra. La verdad es que me gusta ver a la gente hacerlo.
Mi abuela materna siempre decía que una sonrisa hace a la gente más guapa.
Cuando nos sentimos felices algo en nuestro rostro, en nuestra forma de hablar,
de relacionarnos, nos hace más atractivos e interesantes. ¡Así que a ponernos a
sonreír como locos! Me encantan los versos que recuperas de Pablo Neruda y
te regalo una frase que me gusta de Mark Twain:
"La
raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa" ...que mejor
herramienta para actuar sobre lo que nos preocupa o nos apasiona...
Para
seguir recordando "nuestro pasado" juntos hoy te quiero agradecer
públicamente un acto de cariño que tuviste hacia mí. No sé si recuerdas que
una tarde, cuando salíamos del centro donde hacíamos voluntariado juntos, una
chica desconocida algo mayor que nosotros empezó a molestarnos, especialmente a
una integrante del grupo. Yo salí, muy educadamente en su ayuda y le pedí que
por favor la dejase en paz. En pocos minutos me vi en el suelo por sus fuertes
golpes y sin capacidad para reaccionar, lo que me provocó tener que visitar el
hospital, una fractura de costilla y un miedo enorme al salir de casa por si me
la volvía a encontrar. Soñaba con ese momento aterrorizada y me daba pánico salir a la
calle. Tú te ofreciste a venir hasta mi casa y acompañarme hasta el instituto
para que no lo hiciese sola. Repetimos la acción más de una semana hasta que
perdí el miedo y pude volver a llevar una vida normal. Aquel acto sencillo me
regaló mucha paz y tranquilidad.
Con
el paso del tiempo me doy cuenta que no hay que hacer grandes cosas para estar
al lado de los que sufren. No hay que ser héroes para ofrecer serenidad, fuerza
o coraje. Si nos diésemos cuenta de lo poco que nos cuesta ser cercanos, más
humanos, ahora no estaríamos recordando el horror que se vivió en el campo de
concentración de Auschwitz o en el conflicto de Siria.
Leyendo
un artículo sobre un superviviente de este campo, él afirmaba serenamente:
"La diferencia con los otros internos que murieron es que yo
tuve buena suerte". ¿La suerte te toca o la fabricas? ¿Quién tiene
suerte en la vida, el que la espera o el que va a buscarla? Yo creo que la
suerte se atrae. El trabajo, la constancia, el esfuerzo te acerca a ella.
Muchos son los que quieren tener buena suerte, pero pocos los que decidimos ir
a por ella. Estoy convencida que las coincidencias no existen, todo pasa
porque tiene que pasar, aunque hayan cosas que no nos gusten. Y parece duro lo
que digo pero quizás lo que parece que es una "gran mala suerte" se
traduce en un aviso, en una salvación para el futuro. Sé que cuesta verlo
y más sentirlo, es difícil no desesperarse o perder el ánimo delante de algunas
situaciones, pero todo pasa y acaba acabando bien…¿Es
casualidad que nos volviésemos a encontrar después de tantos años? Yo creo que no…
Me
despido de ti mandándote buena suerte y lo demás estoy convencida que lo
añadirás tú. Para que la buena suerte llegue es conveniente crear nuevas
circunstancias y tú ya lo estás haciendo.
"El
verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos caminos sino en
tener nuevos ojos"
Te
deseo un espléndido año y espero estar muy presente en él.
Iolanda
López
Una
quien se considera una amiga
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