jueves, 22 de octubre de 2020

Post del Viernes: Mirando al PASADO como esperanza


Desde que el Covid vino para quedarse durante una larga temporada, muchos de nosotros hemos atribuido al pasado un valor que, quizás antes, nunca le habíamos asignado.  Antes de este dichoso virus, hablar del pasado parecía no "estar de moda". Quien hablaba de él se le animaba a mirar únicamente hacia delante y ubicarse en el aquí y el ahora. Los "grandes gurús" de diferentes disciplinas no se cansaban de repetirnos las ventajas de vivir el momento presente, de olvidar todo lo vivido por ser algo caduco, mirar únicamente hacia delante… Esta tendencia nos llevó a todos a programar nuestra vida hacia el futuro, sin miedos y con insolencia, inconscientes, nos sentíamos invencibles porque nada podía tocar nuestros planes. Nos atrevíamos a programar viajes y proyectos a 1 o 2 años vista. Tengo que confesar que me subí a esta tendencia de programar sin temor, solo mirando de reojo a la salud...hasta que el virus nos ha hecho entender que el futuro es más frágil de lo que pensábamos. ¡Qué ilusos fuimos!

Una semana antes de nuestro primer confinamiento (y espero que último) tenía más de 10 billetes de avión comprados y otros tantos de AVE (por mi trabajo, por mis estudios de doctorado y para poder desplazarme a competir a alguna prueba deportiva en diferentes ciudades del mundo). Todo esto lo complementaba una planificación laboral de 4 años, clara y concisa, que marcaba la línea de trabajo de más de mil personas.  ¿Y qué sucedió? TODO anulado, todo modificado o postergado ...sumándole un accidente y una fuerte lesión en el brazo derecho, el que más utilizaba. Pues eso... ¿no quieres sopa? ¡Pues toma dos o 1000 tazas¡
Sé que no soy la única que había infravalorado el pasado, lo sé, y no me exime de mi ignorancia y cierta prepotencia. Y quien se vea lejos de esta tendencia que tire la primera piedra. Ahora el futuro se ha convertido en un concepto en cambio, ha perdido totalmente su insolencia y ha ganado en humildad. ¡Y qué decir del presente! Valor: que cada uno le otorgue el que se atreva. Y es que el presente ya no tiene la magia que tenía y el futuro, más que nunca, es tan incierto que provoca temor. Y así son las cosas y así el tiempo nos lo ha demostrado.

Muchos son los recuerdos que me he permitido traer a la mente desde el verano, y al hacerlo , me he reencontrado con la persona que fui hace unos años y que en ocasiones echaba algo de menos, con la niña y adolescente que disfrutaba haciendo muchas cosas hasta ahora casi olvidadas por la responsabilidad y la seriedad que ha impuesto la vida adulta. Hace unos años algunos de estos recuerdos los habría considerado como "inconfesables" ...pero ahora ¿qué importancia puede tener compartirlos? Recuerdo...

- Leer con la linterna de madrugada, hasta altas horas de la noche, por la imposibilidad de cerrar un libro.
- Hacer el mismo puzzle una y otra vez.
- Memorizar el nombre de países y ciudades de todo el mundo donde quería viajar.
- Hacer  locuras con amigos que me llevaron a recorrer medio mundo y reír mucho, mucho, mucho. Creo que no he vuelto a reír así.
- Leer y estudiar mientras caminaba por la calle.
- Estudiar italiano para entender las canciones de Eros Ramazzotti.
- Escribir cartas de admiración a Lluís Llach.
- Robar besos a personas que no podían darlos.
- Tener ataques de risa con mis hermanas que mi madre intentaba controlar mandándonos a cada una a una habitación.
- Jugar antes de ir a dormir una partida de ajedrez con mi padre, partida que nunca gané.
- Ver baloncesto en la televisión y practicar horas y horas los tiros en una ficticia canasta colgada en la puerta de la habitación.
- Aprender francés de forma autodidacta para viajar con 17 años a África para hacer voluntariado con jóvenes tan golpeados por la vida que no se atrevían ni a soñar.

Sé que lo que soy hoy, poco o mucho, lo soy por el pasado que viví, que disfruté y que, seguro, a veces sufrí. Es curioso que ahora mirar hacia atrás de menos miedo y hasta parece mucho mejor que el presente. Hoy me alegro de lo que hice y lo valoro sin ninguna vergüenza ni temor. 

Y ahora ¿qué? Pues no lo tengo nada claro, aunque yo creo que lo que sí voy a seguir haciendo es elegir con quién quiero vivir y qué quiero hacer cada día, quizás atreviéndome a planificar algún sueño y proyecto, quizás más a corto plazo que antes, pero seguir "arriesgando" como lo he hecho siempre. Esta será mi opción desde hoy...que cada uno tome la suya...

Buen fin de semana lleno de esperanza para tod@s!

No hay comentarios:

Publicar un comentario