jueves, 29 de abril de 2021

Post del Viernes: Renovar tu vínculo con la vida


¿Tendríamos que renovar nuestro vínculo con la vida?

Esta semana he pensado sobre esta pregunta y creo que deberíamos hacerlo diariamente o quizás, para hacerlo con conciencia y como vamos algo atareados, intentarlo semanalmente, pero sin dejar pasar mucho más tiempo porque si no podría desvirtuarse.

Lo mejor de todo es que nadie puede renovarlo por nosotros y esto lo hace aún más importante y especial. Y hay que hacerlo muy consciente porque si no no funciona, no serviría para nada y estaríamos perdiendo el tiempo. La vida, si la queremos vivir desde la consciencia absoluta, nos dice que la vivamos con consciencia.

¿Y qué supone renovar nuestro vínculo con la vida? Pues yo lo definiría a partir de 10 premisas que deberíamos cumplir.

1. Valorar diariamente que estamos vivos.

2. Agradecer que no estamos solos.

3. Profundizar y elegir lo que realmente nos hace feliz.

4. Eliminar todo lo que nos limita y no nos deja avanzar.

5. Descartar todo aquello que los demás creen que es bueno para nosotros, pero que nosotros no lo sentimos así.

6. Desear con descaro y luchar más por eso.

7. Juzgar menos, elegir más.

8. Sentir lo mucho que nos queda por aprender.

9. Mirar al pasado con respeto dándole las gracias de lo mucho que nos enseñó.

10.  Confiar más delante de la incertidumbre.

Quizás la vida no se trate de añadir años a la vida, sino de dar vida a los años ...(Antonio Gala)

Si dudas, hazlo.

¡Buen fin de semana para tod@s!


jueves, 22 de abril de 2021

Post del Viernes: ¿Es posible aprender de uno mismo?

A los 17 años decidí viajar hasta Costa de Marfil como voluntaria para ayudar a los niños y jóvenes que vivían en la calle. Durante aquel año aprendí francés de forma autodidacta, trabajaba en lo que podía para poderme pagar el billete de avión. Encontré la preocupación de mis padres que consideraban que era extremadamente joven para vivir una experiencia de esta envergadura y ahora, después de tantos años, pienso que quizás tenían razón. Pensé que iba a ayudar a toda aquella gente y descubrí todo lo que aún tenía que aprender de mí misma y de la vida. 

Recuerdo como si fuera hoy mismo el impacto que me provocó pasear por una calle sin asfaltar, con cientos de niños que me miraban a los ojos con temor por el color de mi piel. Recuerdo la basura que pisaba, el olor a agua putrefacta, el pescado y la carne que, en una parada al lado de la carretera, era vendido sin seguir ninguna norma sanitaria. Recuerdo mis vómitos en la habitación, mi temblor de piernas y mi temor a enfrentarme a aquella realidad yo sola. Recuerdo también todo lo que quería hacer para salvar a aquella gente y ahora me doy cuenta de lo mucho que me salvaron a mí y de que pude aprender de mi misma: de mi entereza, de mi capacidad de trabajo, de mis ganas por aprender, de colaborar para mejorar la vida de los demás y combatir las situaciones de injusticia.

Después decidí estudiar diferentes carreras universitarias relacionadas con la educación y la psicología para ayudar a mucha gente y tras más de 25 años dedicándome a ello me doy cuenta de cuanto he podido aprender de mis alumnos y de la gente que contacta conmigo para que le acompañe a partir de una intervención  psicológica, normalmente, en un momento complicado de sus vidas. Después de estos años de dedicación absoluta y de trabajo incansable me he dado cuenta de que la fuerza que podemos transmitir a los demás sale de uno mismo y que si esta se agota, también se agota la alegría y hasta la pasión.

Desde muy joven practico deporte. Durante muchos años jugaba a baloncesto  hasta que los estudios eran incompatibles con los entrenamientos y los desplazamientos con el equipo. Decidí optar por mis estudios universitarios y substituí la pelota por unas zapatillas para correr. Estas me han permitido conocer muchos países y participar en diferentes proyectos solidarios que pretendían recoger dinero para los niños y jóvenes que padecen cáncer. Pensé que así les ayudaría y facilitaría la vida a sus familias y me volví a equivocar. Mi ayuda fue ridícula comparada con todo lo que aprendí al conocer las historias que había detrás de aquellos pequeños pacientes, por tener que mirar a los ojos a algunos de mis miedos, por sentir la extenuación en mi cuerpo, por pensar que algunos de aquellos retos me superaban física y psicológicamente, por descubrir que solo los procesos de quimioterapia y la investigación podían salvar la vida de aquellos pequeños valientes.

Y después de todas estas experiencias he descubierto de que si no somos capaces de aprender de nosotros mismos, desde el respeto, el autoconocimiento y la compasión nada tiene sentido ni nada podemos hacer por los demás. La respuesta está tan cerca de cada uno que perdemos el tiempo buscando fuera, un esfuerzo inútil y demoledor para nuestras ilusiones y retos. Quizás la clave esté en poder aprender con los demás a través de lo que somos, de lo que pensamos o hacemos, de lo que somos capaces de ver, de expresar, de innovar con pasión y a veces, aunque otros no lo crean, con mucho, mucho sacrificio.

 Hace unos días leía una frase que me gustó mucho:" A una persona normal el error le sirve para aprender, a una persona excepcional para no repetirlo" una gran afirmación para entender que nadie puede aprender por y con nosotros, solo nosotros mismos.

Sigamos mirando siempre hacia delante, pero no nos olvidemos de hacerlo antes hacia muy adentro.

¡Buen fin de semana para tod@s!



jueves, 15 de abril de 2021

Post del Viernes: Encontrar el equilibrio


Encontrar el equilibrio,

la base de todo (o de mucho)

recae en la capacidad de poder hallarlo lo antes posible.

Se convierte en una búsqueda personal, 

ya que cada uno debe saber encontrar el suyo.

El autoconocimiento personal, la continua prueba-error 

y la experiencia personal pueden convertirse en piezas claves, 

no definitivas pero sí definitorias. 

Sin equilibrio todo se tambalea o se confunde.

Todo parece pesar más o sobrar.

Sientes que algo no funciona, que las cosas dejan de fluir.

En ocasiones, la calma, la soledad y los tiempos de silencio nos ayudan a conectar con él.

Bienvenido equilibrio...


jueves, 8 de abril de 2021

Post del Viernes: El amor es suficiente para hacerlo todo...



"Se necesita poder solo cuando se quiere hacer daño.
De lo contrario, amor es suficiente para hacer todo"
Charles Chaplin

Inicio de trimestre para muchos después de unos días de desconexión (los que hemos tenido la suerte de poder disponer de ellos). Días para renovar pensamientos, para dejar el cansancio, para pensar y repensar, para compartir en pequeña escala, para coger fuerzas, para ver las cosas desde otra perspectiva, para encarar un nuevo periodo con optimismo.

Me quedo con las largas caminatas que sirven de terapia para descargar y ponerle el grado de importancia a cada cosa.

Me quedo con las conversaciones sin prisa, las risas compartidas, el compartir simplemente desde lo que somos alrededor de una mesa que protege y te une.

Me quedo con las horas de investigación en proyectos que pones el alma y que forman parte de tu vida.

Me quedo con los paseos con algunos de los "tuyos" conversando, escuchando sin prisa y sintiendo que no hay nada más importante que lo que ocurre en ese preciso momento.

Empezar de nuevo, con la ilusión renovada, con serenidad y con el objetivo de saber disfrutar con lo que haces. Parece sencillo, ahora hay que hacerlo posible.

Hace unos días tuve la suerte de poder compartir unas horas con una pareja maravillosa. Su presencia me hacía muy feliz. Les conté cosas que muy pocos saben, no porque sean "un secreto" sino porque tienen tanto valor que no quiero que puedan desvirtuarse o malinterpretarse. Fue un encuentro sencillo y sereno, encuentros como estos tendrían que ser más habituales en nuestros días porque nos llenan de ilusión, de fuerza y de vida, porque nos serenan el alma, porque nos llenan de amor y el amor debería ser suficiente para hacerlo todo. Porque la VIDA debería ser esto: regalarnos amor y vida unos a los otros...

¡Que nunca perdamos la esperanza! Fueron las palabras póstumas que el economista Arcadi Oliveres nos dirigió antes de morir esta misma semana. Una pérdida que no nos deja indiferente. Tengo la gran suerte de haber conocido a Arcadi y de haber podido conversar con él mientras le acompañaba a casa después de recibir su formación magistral que nos preparaba para viajar a Costa de Marfil y posteriormente a Perú para hacer voluntariado con los niños y jóvenes que vivían en la calle. Recuerdo que nos decía una y otra vez una misma palabra: coherencia. Ojalá que cada acto que hagamos lo hagamos pensando en ella. Descansa en paz Arcadi.

¡Mis mejores deseos para tod@s para este trimestre! Quien lo desee, está invitado a seguir pasando por este sencillo blog... Estaré encantada de recibiros!