Hola Ventu,
¿Cómo acabaron las celebraciones de tu cumpleaños? Por lo que sé estás
feliz por el cariño recibido, si lo has recibo es porque te lo mereces…siempre
recibimos lo que damos.
Me alegra saber que nuestros "retales del pasado compartidos"
vuelven a tu mente y espero que algunos te hagan feliz. Mi relación actual con
el pasado la simbolizo con un gran libro abierto, escrito con letras claras que
me gusta releer para recordar las cosas que realmente me han afectado, positiva
o negativamente y me han enseñado a ser quién soy en estos momentos. Me siento
totalmente en paz con él. La verdad es que no siempre ha sido así; durante
alguna temporada le pedía que volviera, que me permitiese revivir momentos que
me habían ofrecido mucha felicidad y a los que vivía aferrada con mucha
añoranza y tristeza pero ahora siento que puedo mirarle a la cara, sin
reproches, sin vergüenza…el pasado, pasado está y es el presente donde proyecto
toda mi ilusión y energía porque el futuro no existe, la fuerza del hoy. Benjamin
Franklin afirmaba: “Deja ya de engañarte. Eres la causa de ti mismo, de tu
necesidad, de tu fracaso”. ¡Qué razón tenía!
Me encantó el título de tu última carta "la vida sencilla" ¿Qué es
vivir con sencillez? ¿Es para todo el mundo lo mismo? ¿Qué necesitamos para
vivir así? Cerca de los 40 me impongo no malgastar la vida complicándola
inútilmente. Por un lado cada vez intento vivir apegada a menos cosas
materiales (y no digo que no sean necesarias sino que no quiero vivir
encadenadas a ellas). Intento evitar también todo lo que personalmente
considero que me lleva a malgastar el tiempo, todo aquello que no me aporta nada
en mi vida. Esta actitud está estrechamente unida a todo lo que elijo hacer
trabajar, estudiar, escribir, ponerme retos deportivos… porque me exigen mucho tiempo
y esfuerzo además de coherencia, integridad y disciplina. ¿Qué evito?
Conversaciones vacías y rotativas que no me llevan a nada, cafés inútiles, juicios
descarados, experiencias insignificantes, lecturas superficiales o
pensamientos auto-toxicantes. Vivir con sencillez es vivir sin mochilas
inútiles, dar cada paso conscientemente, hacer que la felicidad sea un hábito.
Me gusta cuando hablas cómo tu cuerpo se queja, cómo te observas porque es
un mirar hacia dentro sin ocultar lo que te preocupa y viviéndolo con
serenidad. Sólo nosotros escribimos nuestra historia y, como tú bien dices,
nada es gratuito. Te comentaba en mi última carta que este año a parte de
alguna maratón me gustaría hacer varias ultramaratones. Una ultramaratón (también
llamada distancia Ultra) es cualquier evento deportivo que incluye una carrera
a pie con una longitud superior de una maratón tradicional. Las
distancias más comunes son 50 km, 80 km, 100 km y 100 millas (160 km) y las
carreras pueden ser de una jornada o varios días. Después de llevar corriendo
ya algunos años me doy cuenta que mi cuerpo se adapta mejor y sobre todo yo
disfruto más con la larga distancia. Me gustaría probar una y me ronda la
posibilidad de hacer otra dividida en varios días consecutivos, a ver cómo va
todo. Cuando entreno también noto que mis piernas se quejan cuando alargo las
distancias a las que las tengo acostumbradas, se tensan para que lo deje de
hacer, pero las convenzo y me permiten ir alargando un poquito más. Creo que
han descubierto que soy cabezota y se vuelven a aliar conmigo.
Hoy, a partir de un comentario que me ha hecho un amigo, reflexionaba las
veces que he elegido ser diferente al resto. Esto me ha obligado a ir a contracorriente
en muchas ocasiones. ¿Y qué sucede si haces cosas que no hacen los demás? Que
muchas veces eres criticada, considerada una extraña o excluida. Ninguna de las
tres cosas me han hecho nunca abandonar: me fui con 17 años como voluntaria a
África, viví con los niños de la calle de Lima, he cambiado de proyecto laboral
cuando he sentido que ya no tenía nada que ver con él o cuando no podía seguir
aprendiendo, teniendo que empezar de cero, volviendo a ser la nueva otra vez,
perdiendo mucho dinero pero ganando en libertad. ¿Y sabes qué? Que lo volvería
a hacer. Como decía Marie Curie: “A nada en la vida se le debe temer, sólo se
le debe comprender”. Me horroriza cuando la gente afirma que todos debemos que
ser y actuar de igual forma …¡Qué gran error!
Ventu, deseo que la vida nos de fuerza y valentía. El valor no es la
ausencia de miedo, es la conquista de éste. Mi abuela siempre decía que tenemos
que hacer aquellas cosas que nos den miedo porque son las importantes. La inacción cultiva el miedo y la acción cultiva la confianza y el valor…que
seamos siempre activos.
Un fuerte abrazo lleno de prudencia y valentía
Iolanda López
No hay comentarios:
Publicar un comentario