Llego a casa de mis padres, hoy toca celebrar el
cumpleaños de mi madre. Mi padre me recibe con un beso y me dice: acompáñame al
despacho. Allí me enseña los últimos libros que se ha comprado, me recomienda
algunos de ellos, me comenta que no pierda el tiempo leyendo otros de ellos porque
no valen la pena. Yo en mi bolsa llevo uno para él. Me agradece que se lo haya
llevado, -Tengo algunos pendientes pero lo empezaré a leer mañana mismo, ya
tenía muchas de hacerlo. Mi padre no se cansa de leer, le encanta hacerlo, de
ordenar sus libros, de conseguir nuevos, de regalarnos…¡Me encanta!
El peque de la casa dice que no quiere que se le caiga un
diente, aún no se ha estrenado. ¿Por qué? le preguntamos. ¡Porque en casa
siempre el Ratoncito Pérez trae libros y yo prefiero que me traiga otra cosa!
Le recomendamos que le escriba una carta al ratoncito explicándole el porqué no
quiere libros…dice que lo hará, no le veo yo muy convencido.
Mientras mi run de hoy pensaba qué tipo de persona es
capaz de mejorar. Para hacerlo, para avanzar es necesario aprender. El otro día
leía en el libro Exordio para ciudadanos críticos una cosa que me
encantó: Para aprender de forma eficaz hace falta tener deseos de hacerlo y
tener los ojos abiertos para ver, la mente despierta para analizar, el corazón
dispuesto para asimilar lo aprendido y los brazos prestos para aplicarlo. Yo añadiría
que hace falta saber escuchar y saber lo que se ha escuchado. Hace falta
comprometerse y actuar para construir una vida mejor para uno mismo y para
todos los que nos rodean.
Buscar mejorar no es un simple cambio, es enriquecer tu
vida con nuevas interrogaciones, con nuevas reflexiones y comprensiones. Pido
que nunca los de mi alrededor y yo misma nos cansemos de hacerlo.
Buena semana a tod@s!
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