La excelencia no es un acto espontáneo, es un hábito…La creatividad es mirar donde todo el mundo mira y ver lo que nadie ve.
Esta semana pedía a mis alumnos que dibujasen la clase que les gustaría tener. Después de visualizar algunas escuelas de Suecia, Burkina Faso o Abu Dabi, escuelas innovadoras en el trato del espacio, les animaba a soñar, a crear el espacio donde les gustaría pasar tantas horas al día. Algunos de ellos no se han atrevido a innovar, han acabado reproduciendo la clase donde pasan todo el día. Otros han cerrado los ojos y han dejado volar su imaginación: butacas, sofás, palmeras, botones mágicos que modifican los espacios, piscinas, mesas irregulares, ventanales con vistas al mar, alfombras mágicas, instrumentos musicales…Entre ellos se comentaban sus composiciones y lo más impactante es que a los menos creativos les costaba aceptar a los que sí que lo habían sido.
Curioso, muy curioso porque esto es lo que pasa entre los adultos. Cuando vemos algo diferente a lo que toca, a lo establecido, lo rechazamos.
Cada uno de nosotros es diferente ¿por qué cuesta tanto entenderlo ? ¿Por qué la diferencia se ve como un ataque? Juicios hacia la innovación, hacia ideas nuevas, frenar el ritmo al que piensa que otra realidad es posible…tomar por locos sueños que cambiarán el presente. No lo entiendo, no lo comparto y no lo acepto.
La excelencia de una persona, de un grupo, de una institución se basa en aprender de uno mismo, aprender con y de los demás, ser capaces de maximizar el capital humano del que se cuenta, visualizar todas las posibilidades para que puedan ser posibles, por un bien común. Sin innovación no hay desarrollo, sin arriesgar no hay avance, sin diferencia sólo existiría el color gris. El éxito reside en la diferencia…espero que muy pronto pueda ser entendido…y el que no lo entienda tendrá el riesgo de desaparecer...Porque todo sea diferente y respetado.
Buen fin de semana a tod@s!
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