Sentada en el taxi camino del aeropuerto miro por la ventana y me despido de casa y de la ciudad que tanto amo. Pasan por mi mente cada uno de los miembros de mi familia, de mis amigos, de los compañeros de trabajo...y me permito despedirme así de cada uno de ellos.
Estos días han sido intensos extraños, tristes y felices a la vez....He sentido dentro de mi tristeza fusionada con una máxima felicidad...
Vuelvo a mirar por la ventana y encuentro una ciudad dormida, la misma ciudad que me acoge cada mañana cuando salgo a correr; hoy todo es diferente, hoy empieza una "carrera" distinta, un viaje que tiene como propósito máximo aprender y vivir con intensidad.
El conductor me avisa que ya hemos llegado a la T1...toca empezar a caminar...hasta muy pronto...
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