miércoles, 30 de diciembre de 2020

Post de Final de Año: Lo que podríamos haber pedido al 2020...


Se acaba el año, 12 meses que no olvidaremos. Un año distinto, duro, que nadie hubiese  imaginado cuando antes de acabar el 2019 pensábamos en todo lo que le íbamos a pedir al maravilloso 2020. Me pregunto... si hubiésemos sabido lo que iba a suceder ¿le hubiésemos pedido lo mismo?

Desde hace más de 6 años decidí que a cada año nuevo solo le pediría salud para todos y que del resto de sueños e ilusiones que quería conseguir me encargaría yo. Y esta vez no va a ser diferente. 

La verdad es que no ha sido el año que esperaba, quizás consuela saber que no lo ha sido para casi toda la humanidad. 

Este año me ha llevado a...:

* Hacerme muchas preguntas: 

- ¿qué hubiese pasado si este virus no hubiese afectado a los países más ricos del mundo y solo lo hubiese hecho en los países más pobres? 

- ¿qué es lo más importante en la vida aparte de la salud?

- ¿por qué nos empeñamos a que los demás piensen y sientan como lo hacemos nosotros?

- ¿por qué sigue incomodando tanto la diferencia?

- ¿por qué no dejamos de interpretar todo lo que pasa a nuestro alrededor?

* Darme cuenta...

- de lo mucho que quiero a mi familia y a mis amigos.

- de lo importante que es para mí hacer deporte, viajar y trabajar en proyectos que me apasionen  para no apagarme o sentir que no soy yo.

- de las cosas que me hacen inmensamente feliz y de lo que detesto (quizás también tan profundamente).

- de lo vulnerable y frágiles que somos las personas.

- de lo mucho que me molesta que la gente sea egoísta o poco empática.

- de la admiración que tengo hacia las personas que trabajan por conseguir sus sueños.

- de lo importante que es equilibrar el trabajo con la vida personal.

* A querer olvidar...

- el dolor provocado por todas las personas que nos han dejado.

los proyectos que no hemos podido realizar.

- las competiciones donde no hemos participado. 

- los viajes anulados.

- los abrazos y besos que no he podido dar.

Se me hace difícil escribir qué ha sido lo mejor y lo peor. Quiero quedarme de nuevo con lo bueno. De este 2020 recordaré:

- la fortaleza que me han mostrado mi familia y mis amigos en momentos muy duros que nos ha traído el confinamiento.

- la voluntad y esfuerzo que he dedicado para recuperarme del accidente en bicicleta.

- poder empezar a formar parte del Equipo de Triatlón TeamKoraxan  liderado por una gran persona y triatleta Judith Corachán que me ha permitido conocer a gente maravillosa que ama el deporte, el esfuerzo y los retos tanto como lo hago yo.

- haber ganado la Mención Internacional gracias a mis estancias investigadoras con la Universidad Radboud en Holanda.

- mi incansable dedicación a mi trabajo y tesis doctoral que espero muy pronto poder presentar

- poder celebrar los éxitos conseguidos por personas que admiro por su fuerza y talento.

- los te quiero y te echo de menos. 

Adiós 2020, hasta nunca, gracias por enseñarme que cuando perdemos el equilibrio dejamos de ser nosotros.... bienvenido 2021, el año para  volver a ser nosotros ... Sin quejas, con mucha ilusión y esfuerzo... ¡Vamos a por ello!

Por último mil gracias por las 223300 visitas y por todas las personas que pasan cada semana por este sencillo blog... Ojalá que nos podamos seguir acompañando por mucho tiempo.

jueves, 17 de diciembre de 2020

Post del Viernes: Porque ¿es todo medible?


Pienso en la felicidad, intento medirla y no puedo. No puedo pesarla ni saber cuanto mide.

Pienso en el miedo, intento medirlo y no puedo. No puedo saber cuanto influye dentro de las personas.

Pienso en la pasión, intento medirla y no puedo. No puedo saber cuánto pesa en nuestra mente y en nuestro corazón.

Pienso en el amor, intento medirlo y no puedo. No puedo saber cuanto ocupa el amor de una madre o de una abuela.

Pienso en la rabia. No puedo saber que porcentaje hace que una persona actúe con violencia

Aun buscando en Google no encontraría la respuesta. Desde una mente cada vez más científica que emocional, tengo que reconocer que lo que no es medible pasa a adquirir una peso supremo en nuestras vidas. Nuestra estabilidad se relaciona a muchos de estos conceptos.  

Sigo pensando que no puedo medir la ilusión de un niño cuando abre un regalo, la alegría que supone para alguien tener noticias de un buen amigo después de mucho tiempo, la satisfacción de los padres hacia sus hijos, el entusiasmo cuando consigues algo que pensabas que no lograrías...

Asumir que no todo es medible, ni predecible, ni asumible, ni previsible... Quizás el mejor objetivo es aprender a vivir sin controlar o esperar, sin medir, ... quizás aquí está la clave de todo para no esperar aquello que no llega o querer manipular lo no manipulable. Seguiremos pensándolo, seguiremos adelante, siempre adelante.

Buen fin de semana para tod@s!


jueves, 10 de diciembre de 2020

Post del Viernes: A eso llamado pasado...


Cuando nos sentimos algo intranquilos muchos escuchamos música. Me considero una persona más de radio, pero cuando opto por "utilizarla" las consecuencias siempre son positivas. Cada uno tenemos "nuestras" canciones, aquellas que conectan directamente con lo que somos realmente. Para mí, una de las canciones que más consiguen serenarme es la banda sonora de la película de Memorias de África... Supongo que tiene mucho que ver con el tiempo que pasé viviendo allí. La novela de Brixen también es una joya para descubrir. Una historia dura y a la vez maravillosa de una mujer valiente, que después de una infidelidad de su marido, decide viajar a África para hacerse cargo de una plantación de café. 
Lo que más me impactó de esta historia es conocer que la autora, después de vivir en África y volver a su país natal, nunca quiso hablar sobre su experiencia en aquel país lejano. Aquella experiencia quedó en su memoria para siempre pero solo para ella.

Recordar esta historia me ha hecho pensar en cómo las personas "convivimos" con nuestro pasado. Algunas  deciden instalarse siempre allí y vivir el presente de igual forma, reviviendo infinitamente lo ya vivido. Otras prefieren volver a él para recordar alguna experiencia o aprendizaje pero con la mirada puesta en el presente y el futuro. Y otras no quieren echar la mirada atrás nunca, anulando todo lo experimentado. Pensando sobre estas posturas, quizás la opción más inteligente sería poder hacer una mezcla de todas ellas, eso depende de según como se mire y se vive.... Porque ¿debemos expresarle agradecimiento al pasado? Yo creo que sí. El pasado recoge todo lo que nos ha dado la vida, todo aquello que nos ha regalado y también los momentos en los que más nos ha hecho sufrir. Y todo este bagaje experiencial se almacena en lo que somos, vivimos y en cómo actuamos.

Soy de esas que miro el pasado en ocasiones con cierto recelo, especialmente cuando siento que lo que estoy viviendo en el presente "ya lo he vivido" y esto genera en mi incomodidad y cierto nerviosismo, con ganas de salir corriendo. Si hay que seguir remando hacia el futuro ¿todo no tendría que tener un tono más nuevo, más novedoso?... Para sentir que la vida tiene un aire y un olor diferente el pasado solo puede convertirse en un puente que te lleve hacia delante.  Yo lo vivo así, sin más. Hace tiempo alguien me dijo que el misterio de esta vida es vivirla lo más consciente posible porque si no, cuando queramos darle la mano,  habrá pasado la ocasión de poder hacerlo. Sin forzar, pero avanzando... Porque el tiempo pasa deprisa, y la vida también.

Así que restando todo lo aprendido, a eso que yo llamo pasado, quiero mirarlo de reojo. Le saludo educadamente porque le estoy agradecida, pero le expreso que lo que toca vivir ahora quiero hacerlo eligiendo, sintiendo y posicionándome de forma distinta. Y creo tener derecho, como lo tiene cualquier ser humano. A eso llamado pasado, le mando un abrazo y le doy las gracias por todo lo que la vida me ha regalado, por lo que me ayudó a superarme día a día, ... Pero ahora solo pido seguir hacia delante, dando gracias por lo bueno que llega y no he pedido, y por todo lo que con mucho trabajo e ilusión está por llegar...

Buen fin de semana de mirada larga para tod@s...


jueves, 3 de diciembre de 2020

Post del Viernes: ¡Guarda tu tristeza en un bolsillo!


La pandemia, que lleva instalada en nuestras vidas ya hace muchísimo tiempo, está provocando sentimientos distintos que las personas gestionemos de manera muy diferente. Primero le tocó gobernar a la incerteza: ¿qué estaba sucediendo? ¿qué iba a suceder con nuestras vidas y futuro ?, después fue el miedo a lo que podía pasar: ¿me tocará a mí enfermar? ¿le tocará a los míos? y ahora estamos, como describen los expertos, en una etapa  marcada más por el desánimo y la tristeza.

Esta situación se está haciendo muy larga para todos... Especialmente para las personas que necesitan tenerlo todo controlado y programado... Ahora nada es controlable, todo cambia en horas por decisiones que muchas veces no entendemos... y la tristeza parece planear por la vida de los más jóvenes, de los adultos y los más mayores.

A las personas no nos gusta sentirnos tristes y menos aún que nos vean así. Es un sentimiento que se esconde, que normalmente no se comparte, que incomoda y se intenta hacer desaparecer. La cogemos y nos la metemos en un bolsillo para no mirarla a la cara y enfrentarnos a ella, para no preocupar a los demás. La tristeza, especialmente, la profunda, duele, presiona, desespera y nos desequilibra. ¿No nos iría bien poderla compartir con más naturalidad? ¿Quién no ha escuchado frases como: no puedes estar triste hay gente que está mucho peor que tú, no te mereces estar triste porque tienes todo lo que necesitas, sonríe que así se pasa... Comentarios que no nos ayudan a gestionar lo que realmente nos sucede porque encima nos inunda un sentimiento de culpabilidad que nos hace esconderla aún más.

La tristeza no debería ser escondida. Debería poder expresarse sin justificarse ni sentirnos mal. Porque si lo hiciésemos mucha gente se sentiría menos presionada, menos culpable, menos diferente...

Asumamos que forma parte de nuestra vida

 y no exijamos a nadie que no la sienta,

intentemos mirarla a la cara

y dejemos que otros también lo hagan.

De esta manera viviremos más libres, menos presionados y con un sentimiento de menos culpabilidad. 

¡Buen fin de semana para tod@s!