Nadie puede negar que el correr está de moda. Yo creo que da igual cuándo corres, cómo, durante cuanto tiempo, cuáles son tus objetivos...todos y todas los que lo hacemos formamos una gran comunidad y en ella todo el mundo que quiera es bienvenido.
Cuando viajo a Fuerteventura, a Playitas exactamente, a desconectar y entrenar puedo convivir durante unos días con deportistas profesionales: nadadores, atletas, gimnastas. No conozco todos sus nombres porque viajan de diferentes partes del mundo. Cuando les observo les admiro, no porque sean famosos o sepa que podrán participar en los próximos juegos olímpicos sino por el esfuerzo titánico que hacen cada día, por su fuerza de voluntad y superación personal continua. No dejo de mirarlos, no puedo dejar de hacerlo. Miro cómo se deslizan en la piscina durante horas, cómo suben pesas en largas sesiones en el gimnasio, como realizan duras series que repiten una y otra vez.. Observo cómo sudan, cómo se curvan de cansancio, cómo les exigen sus entrenadores, cómo respiran cuando descansan con la mirada perdida en el horizonte. Los admiro porque su vida es una vida de entrega y sacrificio, también de sufrimiento. Cuando pienso que muchos de ellos no serán conocidos por los deportes minoritarios que practican o por no conseguir las marcas que les definen como los mejores del mundo, me estremezco ...pero a ellos parece no importarles porque ellos siguen nadando, acumulando kilómetros, subiendo pesas, estirando para volverse a ejercitar. Se les exige muchas competencias y trabajan para potenciarlas: actitud positiva y para la lucha, iniciativa, compromiso, autoconfianza, determinación, capacidad para soportar la presión y demostrar resistencia, entre muchas más.
Llega un nuevo día y como cada amanecer me levanto, tomo un buen café mientras leo o estudio y salgo a correr. Es mi tiempo para ordenar ideas, escuchar la radio o algún podcasts, planificar o dejar la mente en blanco. Vuelvo a pensar en los deportistas: en sus tics antes de repetir un ejercicio, en los ejercicios de calentamiento calculados e interiorizados que repiten día tras día, en cómo ordenan y llevan sus bolsas de deporte.
Tras unos minutos en marcha mi cuerpo se despierta y las piernas empiezan a sentirse más ligeras y quieren acelerar. Me apasiona este deporte, ya hace más de 11 años que lo practico casi a diario y le estoy eternamente agradecida porque me regala "vida". Por ello, cuando pienso en los mensajes que leo diariamente en twitter o en otras redes sociales de personas amateurs como yo que escriben antes o después de los entrenos me incomodo y me disgusto. Con todo mi respeto, los leo y no los comparto, los leo y me entristecen. Para la mayoría de los deportistas que NO somos profesionales el correr no debería ser más que una actividad que hacemos libremente, que nos provoca felicidad, todo lo contrario a complicarnos la vida, poner en riesgo nuestras alud corporal o mental o provocarnos sólo sufrimiento. La gente escribe cosas como:
- Tengo que ganar a todos, si él lo hace yo también
- He ido a un alto ritmo que me ahogaba, casi me muero
- Salgo a entrenar: voy a la lucha, a la batalla, a la guerra
- Sin sufrimiento extremo no hay mejora
- Voy a destrozarme
- Con sangre y sudor
- Hoy voy a superar mi límite, me dan igual las consecuencias
- Luchar sin descanso hasta morir por ello
Todos los que nos ponemos las zapatillas por este deporte o por otros lo hacemos en nuestro tiempo libre, es una actividad que elegimos y por ello creo que nunca puede estar asociada a "dejarse la vida". Con esto no quiero decir que no debamos esforzarnos, nos guste mejorar o deseemos establecernos metas más ambiciosas pero si ponemos en riesgo nuestro cuerpo o nos hace perder el equilibrio personal ¿vale la pena? ¿lo estamos orientando bien? Yo opino que NO. Yo asocio a mis entrenos frases como: Hoy he salido a entrenar y...
- me regala tranquilidad
- es mi terapia diaria
- me divierte y relaja
- me permite establecerme retos deportivos para conseguir fondos para proyectos solidarios
- me regala poder vivir nuevas experiencias, conocer personas y lugares, viajar,...
- me cansa y descanso mejor
- me despierta, me ayuda a encarar el día con entusiasmo
Llego de nuevo a casa. Me duelen las piernas, tengo la espalda mojada de sudor. Paro y mi respiración está acelerada. Me gusta sentirme cansada y acabar con estiramientos que me relajan y evitan que me lesione. Ahora toca una rápida ducha y un buen desayuno. Salgo al balcón y observo el sol ya dominando el cielo con el segundo café humeante entre mis manos. Pienso que esto de correr me hace disfrutar,me da vida, me ilusiona. Vuelvo a pensar en los nadadores, atletas o gimnastas desconocidos que ya llevan horas entrenando y que dan su vida en su trabajo. En ellos entiendo el máximo sufrimiento, su lucha hasta la extenuación.
Espero que todos los "aficionados enamorados" de este maravilloso deporte seamos capaces de no robar el protagonismo del sufrimiento a los que viven por ello y de ello.
¡Aprendamos a disfrutar, aprendamos a vivir!
Buen fin de semana a tod@s!
hola!!! me llamo Lola, y yo también tengo un blog femenino.
ResponderEliminarSe llama Rincón Femenino, pero debes buscarlo como direccionderinconfemenino.blogspot.com
Quiero tener la opinión de una profesional, ¿podrías contactar conmigo?
Todo lo que aporta, suma!
ResponderEliminarFelicidades y a seguir Ioladonas
Bon article, Yolanda. Felicitats!
ResponderEliminarMoltes gràcies Miquel! Si tot és patiment tot perd el sentit!
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