Cuando decides con libertad no te importa si te dejas algo por el camino. Durante esta semana, en mis runnings matutinos, pensaba en las millones de veces que nos toca decidir a lo largo de la vida. Siempre estamos eligiendo, siempre... y eso implica que algo siempre queda fuera. Si escojo sé que mi elección va a comportar renuncias y estas se convertirían en postferencias que jamás llegarán a llevarse a cabo o quién sabe si habrá otra vida para que adquieran vida.
Me encantaría poder extraer toda la carga negativa que ponemos delante de una elección. Debería ser al contrario, debería transformarse en un momento único, bueno, irrepetible y muy personal porque sale de uno mismo. Poder elegir es poder decir lo que quiero hacer, lo que me mueve hacia un lado u otro.
Me encantaría poder extraer toda la carga negativa que ponemos delante de una elección. Debería ser al contrario, debería transformarse en un momento único, bueno, irrepetible y muy personal porque sale de uno mismo. Poder elegir es poder decir lo que quiero hacer, lo que me mueve hacia un lado u otro.
Desde pequeña me enseñaron que no es posible tenerlo todo, no lo es por mucho que lo desees con toda el alma. También deseamos que los otros elijan lo que nosotros creemos que es lo mejor para ellos, pero nos volvemos a equivocar, no somos nadie para hacerlo, nadie. Si lo hacemos, si ponemos fuerza en conseguirlo, betamos la libertad del otro.
No es posible tenerlo todo, así que hay que elegir. Elegir con talento, tomando decisiones, con eficacia y productividad.
¿Plan A o Plan B? ¿Por cuál decantarse?
Buen fin de semana a tod@s!
No es posible tenerlo todo, así que hay que elegir. Elegir con talento, tomando decisiones, con eficacia y productividad.
¿Plan A o Plan B? ¿Por cuál decantarse?
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