Hola!
¿Cómo
ha ido la semana? Releí tu carta como es habitual antes de escribir mi
respuestas y mientras pensaba qué escribir mi subconsciente trabajaba duro –
como de costumbre – y tras una tarde haciendo pruebas fotográficas para un
encargo de un libro que se llama “Crisálida” me vino a la cabeza una canción. “Qué
manera más curiosa de recordar tiene uno/ hoy recuerdo mariposas que ayer sólo
fueron humo” cantaba Silvio Rodríguez en mi cabeza. Oigo con claridad la
fantástica guitarra de Rey Guerra en una introducción maravillosa que me
conduce al misterio de la voz delgada y firme del cubano. Y digo esto, además,
porque recordamos juntos en estas cartas y fragmentos del prisma que conforma
nuestros años en común vienen al presente, fragmentos arrinconados, vividos
simultáneamente y no. Me encanta descubrir cosas que no recordaba. Recordar /
recordis – ya lo dijimos – volver a pasar por el corazón. Te leo y re-cuerdo.
Y
te cuento sin salir del latín ni de las mariposas de Silvio, que mi hermano me
descubrió una curiosa coincidencia. El otro día mientras comíamos en familia me
preguntaba que para qué quería la muñeca de mi sobrina. Le explicaba que me
habían encargado unas fotos para un libro que se llama crisálida y había
pensado en crear una con una muñeca. - “¿sabes que “pupa” en latín significa
“muñeca” y “crisálida”?. De repente la idea cobraba mucha más fuerza y sentido.
Pensaba volviendo en el metro en el azar, en la suma de ideas y conocimientos,
en cómo en cualquiera encontramos conocimiento.
En
esas estamos aprendiendo y creando. No salgo del asombro al pensar que me
paguen por desarrollar creativamente una idea. Es algo maravilloso. Una
sensación nueva y excitante. Siempre me ha gustado mi trabajo de educador
durante estos casi 20 años, pero creo que trabajar con el dolor de los demás no
es algo que entraría en la categoría de “disfrute”. Es otra cosa. Bien lo
sabes.
Preparé
mi primer proyecto basado en fotografía terapéutica para una Fundación y
finalmente me dieron el visto bueno. Ni te imaginas la fuerza que ese “sí” me
dio, por ser el primero y por señalar el camino. Es como si te dijeran “vas
bien por ahí, sigue”. Y esas ganas de no parar ni en los semáforos que
comentabas en tu carta viene a mi. El proyecto se basa en trabajar la memoria,
la visibilidad y la autoestima de los mayores en un Residencial. Quiero que
aprendan a hacer fotos – los que no sepan ya – y ejercitar la mirada presente y
pasada. Grabaremos un video con sus impresiones y haremos una exposición con
las fotos que decidan. Tengo ganas de que llegue ya mayo.
Son
las cosas que apuntalan la risa, pensaba esta mañana. En este proceso han ido
llegando malas noticias también. Y hemos hablado del tema. Afronto otros
inconvenientes recientes sonriendo a los problemas. Una meditación de Claudio
Naranjo invitaba a eso, a encarar el problema y tener la fuerza de sonreírle.
Gracias a correr la mente sonríe mejor también. Cuando me encuentro inquieto
por mi situación el deporte viene a despejar, aclarar, fortalecer, desahogar.
Deja al cuerpo y la mente en un estado de mayor claridad.
Hace tiempo que quiero hacer un elogio a la risa y a la sonrisa. En PNL hablan de la sonrisa y de mirar a los ojos como una herramienta de “empatía express”. Funciona. Quien no lo haga habitualmente que lo pruebe. Para cualquier gestión pública, con los amigos, familia, con quien sea. Mirar a los ojos y sonreír mientras se escucha con todo el cuerpo puesto en lo que te cuentan. El efecto que causa es contagioso. Cuidado.
Hoy tiro de poetas clásicos, de los que no fallan. Recuerdo los versos de Pablo Neruda:
Quítame el pan si quieres,
quítame
el aire, pero
no
me quites tu risa.
Y
los de Federico García Lorca (están asociados a Raquel C. porque hace muchos
años se los leí y le encantaron):
¿No
sabes de dónde vengo, niña mía? Pues... de tu última sonrisa
He
encontrado un par de frases estupendas
Decía Goethe aquello
de “en nada se revela mejor el carácter de las personas como en los
motivos de su risa” y Gabriela Mistral aquello otro de “su
sonrisa fue un modo de llorar con bondad” Estupendas las dos. Esta última
me lleva a recordar un poema de Mario Benedetti que si bien ahora lo leo poco,
significa para mí un aprendizaje, un introductor como lector de poesía.
Benedetti desde su paisito escribí aquel poema cándido y hermoso llamado
“Arcoiris”.
A
veces
por
supuesto
usted
sonríe
y
no importa lo linda
o
lo fea
lo
vieja
o
lo joven
lo
mucho
o
lo poco
que
usted realmente
sea
sonríe
cual
si fuese
una
revelación
y
su sonrisa anula
todas
las anteriores
caducan
al instante
sus
rostros como máscaras
sus
ojos duros
frágiles
como
espejos en óvalo
su
boca de morder
su
mentón de capricho
sus
pómulos fragantes
sus
párpados
su
miedo
sonríe
y
usted nace
asume
el mundo
mira
sin
mirar
indefensa
desnuda
transparente
y
a lo mejor
si
la sonrisa viene
de
muy
de
muy adentro
usted
puede llorar
sencillamente
sin
desgarrarse
sin
desesperarse
sin
convocar la muerte
ni
sentirse vacía
llorar
sólo
llorar
entonces
su sonrisa
si
todavía existe
se
vuelve un arco iris.
Creo
que una sonrisa bien vale una carta un poco más larga. Me despido con una amplia sonrisa y un abrazo
Ventu
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