miércoles, 21 de enero de 2015

BAJO MIS PIES: Carta 34. Km 33. “Elogio a la risa”


Hola!
¿Cómo ha ido la semana? Releí tu carta como es habitual antes de escribir mi respuestas y mientras pensaba qué escribir mi subconsciente trabajaba duro – como de costumbre – y tras una tarde haciendo pruebas fotográficas para un encargo de un libro que se llama “Crisálida” me vino a la cabeza una canción. “Qué manera más curiosa de recordar tiene uno/ hoy recuerdo mariposas que ayer sólo fueron humo” cantaba Silvio Rodríguez en mi cabeza. Oigo con claridad la fantástica guitarra de Rey Guerra en una introducción maravillosa que me conduce al misterio de la voz delgada y firme del cubano. Y digo esto, además, porque recordamos juntos en estas cartas y fragmentos del prisma que conforma nuestros años en común vienen al presente, fragmentos arrinconados, vividos simultáneamente y no. Me encanta descubrir cosas que no recordaba. Recordar / recordis – ya lo dijimos – volver a pasar por el corazón. Te leo y re-cuerdo.

Y te cuento sin salir del latín ni de las mariposas de Silvio, que mi hermano me descubrió una curiosa coincidencia. El otro día mientras comíamos en familia me preguntaba que para qué quería la muñeca de mi sobrina. Le explicaba que me habían encargado unas fotos para un libro que se llama crisálida y había pensado en crear una con una muñeca. - “¿sabes que “pupa” en latín significa “muñeca” y “crisálida”?. De repente la idea cobraba mucha más fuerza y sentido. Pensaba volviendo en el metro en el azar, en la suma de ideas y conocimientos, en cómo en cualquiera encontramos conocimiento.
En esas estamos aprendiendo y creando. No salgo del asombro al pensar que me paguen por desarrollar creativamente una idea. Es algo maravilloso. Una sensación nueva y excitante. Siempre me ha gustado mi trabajo de educador durante estos casi 20 años, pero creo que trabajar con el dolor de los demás no es algo que entraría en la categoría de “disfrute”. Es otra cosa. Bien lo sabes.
Preparé mi primer proyecto basado en fotografía terapéutica para una Fundación y finalmente me dieron el visto bueno. Ni te imaginas la fuerza que ese “sí” me dio, por ser el primero y por señalar el camino. Es como si te dijeran “vas bien por ahí, sigue”. Y esas ganas de no parar ni en los semáforos que comentabas en tu carta viene a mi. El proyecto se basa en trabajar la memoria, la visibilidad y la autoestima de los mayores en un Residencial. Quiero que aprendan a hacer fotos – los que no sepan ya – y ejercitar la mirada presente y pasada. Grabaremos un video con sus impresiones y haremos una exposición con las fotos que decidan. Tengo ganas de que llegue ya mayo.

Son las cosas que apuntalan la risa, pensaba esta mañana. En este proceso han ido llegando malas noticias también. Y hemos hablado del tema. Afronto otros inconvenientes recientes sonriendo a los problemas. Una meditación de Claudio Naranjo invitaba a eso, a encarar el problema y tener la fuerza de sonreírle. Gracias a correr la mente sonríe mejor también. Cuando me encuentro inquieto por mi situación el deporte viene a despejar, aclarar, fortalecer, desahogar. Deja al cuerpo y la mente en un estado de mayor claridad. 

Hace tiempo que quiero hacer un elogio a la risa y a la sonrisa. En PNL hablan de la sonrisa y de mirar a los ojos como una herramienta de “empatía express”. Funciona. Quien no lo haga habitualmente que lo pruebe. Para cualquier gestión pública, con los amigos, familia, con quien sea. Mirar a los ojos y sonreír mientras se escucha con todo el cuerpo puesto en lo que te cuentan. El efecto que causa es contagioso. Cuidado.

Hoy tiro de poetas clásicos, de los que no fallan. Recuerdo los versos de Pablo Neruda:
Quítame el pan si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.
Y los de Federico García Lorca (están asociados a Raquel C. porque hace muchos años se los leí y le encantaron):
¿No sabes de dónde vengo, niña mía? Pues... de tu última sonrisa
He encontrado un par de frases estupendas
Decía Goethe aquello de “en nada se revela mejor el carácter de las personas como en los motivos de su risa” y Gabriela Mistral aquello otro de “su sonrisa fue un modo de llorar con bondad” Estupendas las dos. Esta última me lleva a recordar un poema de Mario Benedetti que si bien ahora lo leo poco, significa para mí un aprendizaje, un introductor como lector de poesía. Benedetti desde su paisito escribí aquel poema cándido y hermoso llamado “Arcoiris”.
A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea
sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin desesperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía
llorar
sólo llorar
entonces su sonrisa
si todavía existe
se vuelve un arco iris.

Creo que una sonrisa bien vale una carta un poco más larga. Me despido con una amplia sonrisa y un abrazo
Ventu

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