miércoles, 14 de enero de 2015

BAJO MIS PIES: Carta 33. Km 32: ¿Perdedores? Nosotros no lo somos...

Querido Ventu
Leo tu carta y te imagino caminando por la montaña. Me vienen a la mente los días, cuando éramos muy jóvenes, pasados por las montañas de los pirineos caminando durante 10 días y descubriendo así la amistad y mil cosas más. Me vienen a la mente imágenes olvidadas. Aprendimos mucho sobre cómo caminar por la montaña, sobre el compañerismo en los momentos que se ponía violenta por ser invadida. 
Cuando estoy en la montaña unos días también me vienen ganas de marchar a vivir fuera, de una forma más tranquila. Barcelona me gusta, me apasiona, me ofrece muchas cosas pero cuando estás fuera de ella te das cuenta de cómo te atrapa y te exige . Creo que en un futuro marcharé a vivir fuera no sé si será a Andorra o a otro país que me permita vivir más pausadamente.
 Me gusta saber que vuelves a correr con pequeñas carreras. Recuerda que las prisas no son buenas para casi nada, lo estás haciendo muy bien y todo, absolutamente todo, suma. Las carreras deben ser con un ritmo muy fácil, suave, que te ofrezcan buenas sensaciones. No olvides al acabar de correr o caminar de hacer entrenamientos, hay que mimar la musculatura.

Ya hemos superado el reflexivo y complicado kilómetro 3O. Cuando entreno y las piernas no responden pienso que es "mi muro personal" al que debo volver a enfrentarme. A veces, si me siento fuerte de mente me digo: va, es un bache, aprieta. Cuando la mente se alía con las piernas, perezosas y remolonas, sigo avanzando aunque de forma lenta pero NUNCA paro, nunca. Yo no paro ni en los semáforos. Si un semáforo se pone en rojo, espero a que me de paso pero sin parar, trotando sobre mi misma, nunca parar ni en el run ni en la vida. Mirar siempre hacia el futuro!

Me hablas de Manel S, ¡Claro que lo recuerdo! No sé si sabes que compartimos unas vacaciones en Mallorca que nos permitió conocernos mucho mejor. Sigo sus pasos en la música con su grupo y realmente pienso como tú, que fue muy valiente decidiendo dejar todo para irse a vivir a Irlanda.

No sé si lo recuerdas pero con 17 años decidí marchar a Costa d'Ivori para pasar tres meses con los niños de la calle de aquel país. Me fui después de dedicar mucho esfuerzo para conseguirlo y sin que su preparación fuese fácil: durante 6 meses mis padres no me hablaron porque no estaban de acuerdo de que marchase tan joven, pagué mi billete de avión realizando mil trabajos mal pagados pero que me permitían ir ahorrando dinero: di  clases particulares, cuidé a una niña, repartí propaganda por los buzones, llevaba a las casas pedidos de libros del Círculo de lectores…todo ello combinado con mis estudios en el instituto y el voluntariado que compartíamos en Ciudad Meridiana. No olvidaré el día que pisé por primera vez aquel país. La calor, la multitud de gente de color diferente a mí, los gritos, la gente que me señalaba y  todo ello acompañado con un nivel de francés que sólo me permitía decir buenos días y estoy bien. Pasé mucho miedo, lloré…pero aquellos meses con aquellos niños y jóvenes, de esfuerzo y aprendizaje, me enseñaron para siempre que somos capaces de hacer mucho más de lo que pensamos en un primer momento. ¿Perdedores? Estoy convencida que nosotros no lo somos. Perdedor es el que no arriesga y nosotros lo hacemos. ¿Crees que hay personas que prefieren ser perdedoras? Me interpela y me da tristeza sólo de pensarlo.

Me encanta leer que te sientes orgulloso de ti mismo por los aprendizajes hechos durante el año 2014 y por todo lo que serás capaz de hacer durante el año que acabamos de empezar. Yo estaré aquí, orgullosa de leerte y acompañarte, de compartir también los míos.


 
Te dejo con este mensaje de Saramago…¡cuánta razón tenía! Que seamos capaces de unir run y literatura en muchas cartas más.

Un fuertísimo abrazo


Iolanda López

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