Yo en estos momentos, donde el cuerpo me pide sentarme, me obligo a no darle vueltas a las cosas con pensamientos rotativos, "de hámster" y me pongo las bambas y salgo a correr. Tras 10 minutos corriendo me encuentro más tranquila, empiezo a sentir que la carga que saturaba mi mente va haciéndose más ligera. Empiezo a ver las cosas con más perspectiva y hasta hay veces que sonrío y digo: quizás no es para tanto! Y si lo es, hay que me buscar la solución...
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