Cuando la alegría no es solo sensorial sino también mental, la sensación de satisfacción es mucho más profunda y duradera.
Por eso, es un acierto prestar más atención a la alegría que a la felicidad desde un punto de vista de la mente. No solo al placer físico, sino a la satisfacción de esta última.
Ahí es donde reside la verdadera alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario