Querido Ventu,
tu última carta me hizo saltar de nuevo al pasado, a un pasado marcado por la presencia de mis abuelos en mi vida sintiendo cierta nostalgia y hasta tristeza. A mi único abuelo que conocí, el otro murió muy joven y no tuve la suerte de conocerlo, le recuerdo trabajador, serio y con mucha fuerza. Con él hice mi primer herbario y descubrí que la seriedad no estaba reñida con el cariño. Mi abuela paterna la recuerdo también fuerte, siempre delante de una ventana viendo pasar a la gente y revisando cómo realizábamos nuestros trabajos escolares que llevábamos organizados en carteras repletas de libros y que cruzaban toda España para darles una respuesta en una mesa camilla mientras ella nos decía lo importante que era esforzarse en la vida. Mi abuela materna era todo sencillez, genio y fortaleza. La vida no se lo puso nada fácil, quedó viuda muy joven, con 7 retoños por alimentar y aun tuvo tiempo de amamantar a otros niños que se habían quedado huérfanos sin esperar nada a cambio.
¡Cómo ha cambiado la vida en pocos años! La guerra golpeó España, hizo que muchas familias tuviesen que enfrentarse entre sí por la división, a partir de una linea imaginaria, que llenó los hogares de sangre, muerte y mucha hambre. He oído y leído ciento de historias sobre la Guerra Civil y me siguen impactando. Muchas veces pienso ¿quién fue el idiota que inventó las guerras?, ¿cómo un ser humano es capaz de matar a otro? ¿Cómo alguien puede olvidar el sonido de las bombas y los gritos de miedo?
Tengo un respeto auténtico y sincero por todos los abuelos y abuelas que vivieron aquel tiempo y también por todos los que actualmente cuidan de sus hijos y de sus nietos, luchan por llegar a final de mes con míseras pensiones después de muchísimos años de trabajo.
Mis padres trabajaron mucho tiempo en el Ayuntamiento de Barcelona ayudando desde los Servicios Sociales a muchos abuelos y abuelas de la ciudad de Barcelona. Recuerdo muchas historias explicadas en casa de abuelos que vivían solos y abandonados. Siempre me transmitieron que a una persona mayor hay que escucharla, respetarla y querarla. ¿Por qué nos cuesta tanto? Ahora nos molestan, no tenemos tiempo para ellos. Lo viejo no está de moda...
Me imagino la felicidad de los participantes de tu taller cuando te ven llegar. Sé que les convertirás en grandes protagonistas. Estoy convencida que que durante la semana piensan qué decirte, qué haréis...¡qué gran iniciativa, felicidades!
Me hablas de innovación y de creatividad e inmediatamente aparecen en mi mente Picasso, García Lorca, Dalí ...por su aportación al arte y la cultura, por su creatividad y su gran libertad para innovar y aceptar todas las críticas que aquellos que veían los cambios como ataques o pecados; lo malo de todo esto es que en la actualidad estas mentes arcaicas, inflexibles y anticuadas aún existen y se ven con fuerza para criticar a los que arriesgan o son diferentes Quien no tiene miedo a innovar avanza, cambia y, sobretodo, evoluciona...otros están empeñados en involucionar.
En ocasiones algunos de ellos me cuestionan porque hago cosas diferentes que salen de la "norma". A muchos ni les contesto y a otros les digo que no me importa lo que digan, que prefiero hacer y decir que morir sin hacerlo...y a quien no le guste que sepan que quizás nadie les ha pedido opinión. Así que no me rindo, no me rindo de ser diferente, de tener grandes sueños y aspiraciones, de poder tener la oportunidad de hacer lo que siento, lo que pienso, lo que creo...
Con esta actitud reivindicativa que ha salido de muy dentro de mi me despido enviándote fuerza para que tú no lo dejes de ser tampoco. ¡Por un mundo más diferente, más loco y creativo!
Un gran abrazo
Iolanda López
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