Que difícil se hace a veces asumir nuestra fragilidad pero también hay gente valiente, fuerte, muy fuerte. Me apasiona ver a Rafa Nadal jugar, luchar, su esfuerza, sus ganas. Quizás nunca tendrá el estilo y la técnica de Roger Federer pero su trabajo y constancia le han llevado a ser el número uno en su deporte. Quien lo conoce explica que no se cansa de trabajar, de volverse a levantar cuando las cosas no son fáciles.
Nadal conoce sus puntos frágiles y fuertes y esto le ha hecho mejor. Sabe quién es y qué quiere pero sobretodo sabe que NO está solo.
Durante su carrera ha tenido la suerte de rodearse de gente nutritiva que le ha ayudado a conocerse mejor y así no ha perdido sus referencias, sus puntos de apoyo. Su tío ha desarrollado un papel fundamental en este proceso. ¡Qué suerte ha tenido de tener una persona así a su lado!
Deberíamos aprender la importancia que tiene tener puntos de apoyo cerca, para aprender de ellos y con ellos. Así nunca perderemos el equilibrio y, si lo hacemos, nos ayudarán a recuperarlo.
El psicólogo Pep Marí utiliza una metáfora para explicar esto. Explica que todas las personas tendríamos que tener tres buenos puntos de apoyo, como un taburete, así si algún día uno nos falla no caeremos tan rápido. Quizás muchos más no son necesarios porque no podremos atender a todos ellos.
Cada uno debería pensar cuáles son los suyos, tenerlos presente y utilizarlos...así seremos capaces, como dicía ya Arquímedes, de mover el mundo...Buen fin de semana a tod@s!
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