Esta semana he tenido una conversación con una persona cercana que me decía que estaba muy cansada, que el día a día se le hacía duro y pesado. Intentaba sentir dentro de mi esta sensación de dureza existencial. En esos momentos parece que se apaga un poco nuestra luz, desaparecen parte de nuestras fuerzas y ves mermadas las posibilidades ...¿quién no se ha sentido así alguna vez?
Dicen que los que se atreven a parar, cambiar lo que se crea necesario y volver a comenzar al hacerlo se sienten libres, mucho más ligeros. En este proceso se recuperan los colores, aparecen las ganas de volver a descubrir, de crear, de atreverse una vez más. Pero únicamente sucede cuando somos capaces de encontrarnos con lo que somos y lo que hacemos, mirando hacia el interior para descubrir esas ganas de vivir que en otras ocasiones nos llenaba, nos ilusionaba y nos hacía persistentes y valientes. Partir de la aceptación del momento y echarse a volar...de eso quizás se trata.
Riamos, sólo desde el presente, desde el ahora, no desde el ayer y el mañana. Compartamos con los demás estos momentos, encontrando palabras que nos curen y la luz que nos ilumine el camino, aunque ahora parezca empinado o costoso. Lloremos juntos si hace falta, sin escondernos tras ninguna imagen, sin querer destacar ni tener el control, sin sentirnos superiores o inferiores...porque siempre queda fuerza, siempre, siempre, y más aún si se une con la de otro ser que está ahí, en silencio, queriendo con locura, porque si estamos juntos todo coge forma, sentido. He descubierto que una mirada, un abrazo, un beso, unas palabras no tienen precio si van cargadas de verdad...qué mejor que utilizarlas cuando creemos que es necesario...
Riamos, sólo desde el presente, desde el ahora, no desde el ayer y el mañana. Compartamos con los demás estos momentos, encontrando palabras que nos curen y la luz que nos ilumine el camino, aunque ahora parezca empinado o costoso. Lloremos juntos si hace falta, sin escondernos tras ninguna imagen, sin querer destacar ni tener el control, sin sentirnos superiores o inferiores...porque siempre queda fuerza, siempre, siempre, y más aún si se une con la de otro ser que está ahí, en silencio, queriendo con locura, porque si estamos juntos todo coge forma, sentido. He descubierto que una mirada, un abrazo, un beso, unas palabras no tienen precio si van cargadas de verdad...qué mejor que utilizarlas cuando creemos que es necesario...
Para él y para todos los que se sienten o nos hemos podido sentir así... dedicada la nueva canción de Luz Casal "Volver a Comenzar" ...para que siempre nos atrevamos una vez y cada vez más.
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