jueves, 5 de noviembre de 2020

Post del Viernes: Decir adiós sin poder hacerlo...renuncias imperdonables...


Los números y cifras que envuelven a esta dichosa pandemia siguen llenando nuestros días. El bien personal se entrelaza con el bien colectivo y, por ello, nos vemos obligados a "renunciar" a muchas cosas que necesitamos o nos hacen felices por el beneficio de todos. Estas elecciones no siempre son fáciles, ya que las entendemos con facilidad en nuestra mente pero no lo hace igual nuestro corazón.

Cada uno de nosotros se queja y enfoca este periodo como sabe o como puede. Algunos lo ven como una "renuncia momentánea" por el bien de todos, otros como una nueva manipulación de los que mandan en beneficio de sus intereses (¿aunque no debería ser de nuestros intereses?), otros piensan que el virus no es tan grave como nos cuenta, otros creen que es una gran oportunidad de negocio y otros, ya no tienen ganas ni fuerzas para opinar.


Esta maldita pandemia se está llevando muchas cosas...y nos está obligando a hacer renuncias imperdonables para nuestra mente y especialmente para nuestro corazón. ¿Cómo gestionar la muerte de un familiar a 1000kms de distancia? ¿Cómo acompañar la tristeza de tu padre cuando pierde un hermano de forma repentina si no te puedes acercar a él por miedo a infectarle? ¿Cómo acompañar a los familiares que tienen que estar solos en el hospital? ¿Cómo dar protección a una persona que tiene un accidente y entra a quirófano sin que nadie pueda darle la mano? Renuncias duras, difíciles, que nos hacen sentirnos un poco más tristes y rotos por dentro. La incertidumbre delante del futuro está creando que nuestra sensación de seguridad baje a niveles mínimos. ¡Y nosotros que creíamos que teníamos todo controlado! La situación que estamos viviendo nos ha evidenciado que el ser humano, desde que nace, necesita seguridad: seguridad para crecer, para pensar, para actuar, para vivir...y esta seguridad ahora ¿dónde la encontramos?

Estamos haciendo renuncias que nunca olvidaremos, que nos impiden hacer procesos que necesitamos realizar para cerrar círculos dolorosos, para sentirnos más felices y esperanzados. Renuncias imperdonables que nos tocan muy adentro como NO PODER:

- Abrazar a alguien que tiene que cerrar su negocio después de muchos años de trabajo.

- Consolar sin poder abrazar.

- Celebrar una fecha importante con los que más quieres.

- Compartir el nacimiento de un bebé.

- Ver como los pequeños de la familia se hacen mayores.- Estar presente en un último adiós.

- No poder, no poder, no poder...

¡Que mal nos está haciendo este "no poder"! Porque mina nuestras ideas, nuestras ilusiones, nuestros proyectos y esperanzas... 

Pero esta es la realidad, no hay otra. Asumirla y tener un poco más de paciencia, un poco más, ... Aunque estemos muy cansados, aunque a veces nos sintamos desorientados o vencidos, aunque creamos que esta situación vaya a cambiar pronto. Ojalá que muy pronto estas renuncias imperdonables den paso a todas aquellas conversaciones, besos y abrazos que tenemos muy dentro congelados.

¡Buen fin de semana sin renuncias imperdonables para tod@s!


No hay comentarios:

Publicar un comentario