Cada uno de nosotros se queja y enfoca este periodo como sabe o como puede. Algunos lo ven como una "renuncia momentánea" por el bien de todos, otros como una nueva manipulación de los que mandan en beneficio de sus intereses (¿aunque no debería ser de nuestros intereses?), otros piensan que el virus no es tan grave como nos cuenta, otros creen que es una gran oportunidad de negocio y otros, ya no tienen ganas ni fuerzas para opinar.
Estamos haciendo renuncias que nunca olvidaremos, que nos impiden hacer procesos que necesitamos realizar para cerrar círculos dolorosos, para sentirnos más felices y esperanzados. Renuncias imperdonables que nos tocan muy adentro como NO PODER:
- Abrazar a alguien que tiene que cerrar su negocio después de muchos años de trabajo.
- Consolar sin poder abrazar.
- Celebrar una fecha importante con los que más quieres.
- Compartir el nacimiento de un bebé.
- Ver como los pequeños de la familia se hacen mayores.- Estar presente en un último adiós.
- No poder, no poder, no poder...
¡Que mal nos está haciendo este "no poder"! Porque mina nuestras ideas, nuestras ilusiones, nuestros proyectos y esperanzas...
Pero esta es la realidad, no hay otra. Asumirla y tener un poco más de paciencia, un poco más, ... Aunque estemos muy cansados, aunque a veces nos sintamos desorientados o vencidos, aunque creamos que esta situación vaya a cambiar pronto. Ojalá que muy pronto estas renuncias imperdonables den paso a todas aquellas conversaciones, besos y abrazos que tenemos muy dentro congelados.
¡Buen fin de semana sin renuncias imperdonables para tod@s!
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