jueves, 12 de noviembre de 2020

Post del Viernes: «No es bueno sufrir, pero es bueno haber sufrido».


Nadie puede negar que la humanidad está pasando por una situación muy complicada y, el que lo haga, debe ser de los pocos que es capaz de estar por encima del momento que estamos viviendo. El ser humano está "programado" para sufrir aunque el "nivel" de capacidad cambia de una persona a otra. Todos conocemos personas con una gran capacidad para superar las dificultades, para resurgir o reinventarse cuando las cosas se complican, para encarar las circunstancias aprendiendo de ellas o lidiar para tener los menos inconvenientes posibles. También conocemos otras personas que les cuesta más, que las situaciones complicadas les afectan tanto que llegan a paralizarlas.

Me atrevería a decir que a nadie le gusta sufrir aunque parece que los humanos tengamos una cierta tendencia a hacerlo durante toda la vida:

- Sufrimos cuando nacemos.

 - Sufrimos por el presente, por el pasado y el futuro.

- Sufrimos por ser felices y sufrimos cuando lo somos por el temor a dejar de serlo.  

- Sufrimos por lo que conseguimos o por lo que no somos capaces de lograr.

- Sufrimos por perder nuestra salud y lo hacemos cuando estamos enfermos.

Sufrimos y sufrimos y cuando esto pasa nuestra energía baja, nos sentimos débiles y a veces hasta perdidos, dejando de ser un poco nosotros mismos.

Recuerdo que mi abuela materna, especialmente en los últimos años de su vida, hablaba poco y observaba mucho. La recuerdo como una mujer sabia, sin estudios ni saber leer, pero con una gran capacidad para reflexionar sobre la vida con respeto y sentido común. Como muchas otras abuelas vivió la dureza de la guerra, perdió a su marido, tuvo que seguir adelante para que sus numerosos hijos pudiesen tener un plato caliente cada día aunque ella no pudiese comer engañándolos diciéndoles que no tenía hambre. Nunca oí una queja de la vida que le tocó vivir, nunca. En estos momentos pienso mucho en ella. Pienso cómo se tomaría ella esta situación y puedo intuir que nos diría que nos mostrásemos fuertes aceptando la situación con resignación y fortaleza. También nos diría que todo lo que estamos sufriendo nos servirá para encarar mejor el presente y el futuro. Y de esta forma llego a la conclusión que como decía San Agustín: «No es bueno sufrir, pero es bueno haber sufrido»...

Si miramos atrás seguro que muchos de nosotros podremos pensar en momentos muy duros vividos que llegamos a superar.. ¿y por qué no volverlo hacer ahora? Ojalá podamos recordar esta época con la sabiduría y la madurez que nos permita, con entereza y dignidad, saborear la vida de forma distinta y sentirnos fortalecidos... Porque sino tanto sacrificio no habrá servido de gran cosa. 

Buen fin de semana repleto de fuerza para tod@s!

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