¿Qué pasaría si fuésemos capaces de unir mucho más el corazón y la cabeza?
¿qué pasaría si la cabeza escuchase más al corazón y el corazón tuviese más respeto a lo que dice la cabeza?
Esta semana he pensado mucho sobre ello. Algunos acontecimientos que he vivido y he tenido que gestionar me han llevado a recordar algunas decisiones del pasado que me han hecho pensar si en la vida he sido más de "cabeza" o más de "corazón".
Después de hacerlo llego a la conclusión que en el día a día quizás soy más de cabeza pero que en mi vida he tomado muchas "importantes" decisiones tirando también mucho de corazón. Y me gusta mucho darme cuenta de esto, muchísimo, porque quiero seguir decidiendo así.
Quien me conoce estará de acuerdo que soy una persona muy racional pero también visceral (aunque a veces la procesión va por dentro). Si decido hacer algo lo hago abocándome al 100%, a por todas...y esto me supone una gran implicación a nivel personal y profesional. Me gusta vivir así, no entiendo que pueda haber otra manera de hacerlo. Ni una queja al respeto. En ocasiones he recibido comentarios como: ¡Te entregas demasiado!, ¡no te lo tomes tan a pecho! o ¡te pasas de responsable o comprometida! . Y la verdad es que no lo entiendo ni lo comparto. ¿Hay otra forma de encarar la vida que no sea con compromiso y responsabilidad? Para mi no, sería vivir descafeinadamente un error sabiendo que la vida se vive una única vez.
La cabeza me ha hecho ser más reflexiva, me ha impulsado a amar el "aprender", a no dejar de leer y estudiar, a estar abierta a muchas disciplinas o gestionar mejor las situaciones. El corazón me ha permitido tener experiencias indescriptibles por casi todos los continentes del mundo, a apasionarme por muchas cosas, especialmente por enseñar, leer, escribir y hacer deporte. Me gusta pensar que si mi corazón no me hubiese impulsado y se hubiese "acelerado" tantas veces hubiese perdido la oportunidad de protagonizar muchas vivencias, no hubiese querido como lo he hecho y lo sigo haciendo, no me hubiese atrevido a liderar o participar en muchos proyectos y especialmente, no viviría como lo hago y deseo seguir haciéndolo.
Así que, si soy capaz, seguiré equilibrando mi cabeza y me corazón para seguir aprendiendo, conocer nuevos países, arriesgar, equivocarme y volverlo a intentar, a sentirme capaz mientras me quede ilusión por muchos que otros opten por vivir de otra forma. Optar por esta forma de vivir no es una cuestión de suerte, es querer arriesgarse a hacerlo.
Buen lema para este fin de semana con mucha cabeza y corazón para tod@s!
Quien me conoce estará de acuerdo que soy una persona muy racional pero también visceral (aunque a veces la procesión va por dentro). Si decido hacer algo lo hago abocándome al 100%, a por todas...y esto me supone una gran implicación a nivel personal y profesional. Me gusta vivir así, no entiendo que pueda haber otra manera de hacerlo. Ni una queja al respeto. En ocasiones he recibido comentarios como: ¡Te entregas demasiado!, ¡no te lo tomes tan a pecho! o ¡te pasas de responsable o comprometida! . Y la verdad es que no lo entiendo ni lo comparto. ¿Hay otra forma de encarar la vida que no sea con compromiso y responsabilidad? Para mi no, sería vivir descafeinadamente un error sabiendo que la vida se vive una única vez.
La cabeza me ha hecho ser más reflexiva, me ha impulsado a amar el "aprender", a no dejar de leer y estudiar, a estar abierta a muchas disciplinas o gestionar mejor las situaciones. El corazón me ha permitido tener experiencias indescriptibles por casi todos los continentes del mundo, a apasionarme por muchas cosas, especialmente por enseñar, leer, escribir y hacer deporte. Me gusta pensar que si mi corazón no me hubiese impulsado y se hubiese "acelerado" tantas veces hubiese perdido la oportunidad de protagonizar muchas vivencias, no hubiese querido como lo he hecho y lo sigo haciendo, no me hubiese atrevido a liderar o participar en muchos proyectos y especialmente, no viviría como lo hago y deseo seguir haciéndolo.
Así que, si soy capaz, seguiré equilibrando mi cabeza y me corazón para seguir aprendiendo, conocer nuevos países, arriesgar, equivocarme y volverlo a intentar, a sentirme capaz mientras me quede ilusión por muchos que otros opten por vivir de otra forma. Optar por esta forma de vivir no es una cuestión de suerte, es querer arriesgarse a hacerlo.
VIVE-PIENSA-SUEÑA-SIENTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario