jueves, 8 de febrero de 2018

Post del Viernes: Poniendo nombre a los MIEDOS...

Esta semana recordaba una frase que una persona me dijo cuando vivía en Nueva Zelanda. Esta decía así:
"Para superar el miedo, hay que amarlo". 

Después de recordarla y pensar sobre su significado de nuevo  pienso que, aunque es difícil, es una verdad absoluta. ¿Quién no ha sentido miedo alguna vez y ha intentado superarlo? ¿Quién no ha tenido que convivir con la desconfianza que nos lleva a pensar que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea sintiendo temor? ¿Qué sentimientos afloran dentro de nosotros cuando esto sucede? ¿Por qué nos cuesta tanto hablar sobre ello?

El recuerdo, la necesidad y la reflexión me ha inspirado a escribir un listado de aquellos miedos que, de vez en cuando, tienden a aparecer en mi cabeza y que al observarlos entiendo que vuelven a mi porque realmente no soy aún capaz de aceptarnos y amarlos.  A las personas no nos gusta enfrentarnos a aquello que no podemos controlar pero yo quiero intentarlo, encarándolo porque me niego a vivir con MIEDO.

El listado no recoge mis temores por su importancia o el grado de "sufrimiento" que pueden generar en mi cuando me encaro a ellos sino por el orden en el que han ido apareciendo en  mi cabeza. Aquí lo presento, con valentía, sinceridad y porqué no negarlo, cierta vergüenza. No nos gusta hablar de las cosas que nos producen cierta incomodidad o pueden llegar a provocarnos sensación de angustia pero tenemos que ser capaces de hacerlo. Asumir nuestras debilidades no es tarea sencilla pero cuando consigues hacerlo, te sientes más sereno, fuerte y sobre todo más humano.

Por el grado de MIEDO que provocan en mi tendría que empezar a AMAR:

- la posibilidad de la enfermedad de alguien cercano
- el frío intenso que me hiela las entrañas y  destruye con rapidez mis fuerzas
- el dolor físico 
- el mareo en un transporte
- el desequilibrio en algún momento de la vida
- los prejuicios que no me permiten leer la realidad con claridad
- la exposición pública de mi vida
- los juicios de terceros hacia mi trabajo
- las interpretaciones de hechos y palabras

Esta semana he tenido la suerte de poder impartir una formación a futuros líderes educativos y les exponía que cuando una persona está perdida o tiene miedo por todo aquello que piensa que tiene que llegar a conseguir es el momento de pararse, pensar porqué hacemos las cosas y actuar únicamente desde lo que uno ES y no desde lo que uno HACE.  En este momento todo vuelve a fluir y aparecen muchas respuestas a todo aquello que nos planteamos y nos causa temor. A partir de aquí toca acoger las propias debilidades y dudas, permitir que la vida fluya llegando a liberarnos de cargas y temores inútiles entendiendo que esto de VIVIR no se trata de ser los mejores, sino de ser la mejor versión de uno mismo.

Buen fin de semana lleno de vida y sin miedos para  tod@s!


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