Hoy ha sido un día duro, muy
duro para ser una maestra. Me gusta mi trabajo, me apasiona, me encanta enseñar y
aprender con mis alumnos...aunque no siempre es fácil. Hoy no lo ha sido, se ha
convertido en uno de esos días en los que no te ves con fuerza para encararte
al grupo y compartir con ellos y menos si es para transmitirles una mala noticia.
A todos nos ha golpeado la
noticia del accidente de avión donde han perdido la vida 150 personas. Nos ha
impactado por la crueldad de la situación, por todas las preguntas que están
sin responder, por la dureza de los hechos…pero a mi grupo le ha tocado de una
forma muy especial. Una niña de la que soy tutora ha perdido a su padre en el
accidente. ¿Qué decir sobre ello? He notificado la noticia al grupo, he visto
sus caras de tristeza, de asombro, de poder entender muy poco y de rápidamente
buscar el por qué…y hoy, yo no tenía respuestas como normalmente las tengo.
¡Qué fácil es explicar matemáticas, ciencias o inglés…y qué difícil es explicar
una situación como esta!
Hoy más que nunca el grupo se
ha hecho más grupo, más fuerte, más maduro…y yo un poco más pequeña.
Quiero que este sea mi
tributo a todas las familias que han perdido a algún familiar, me sumo a su
dolor, con respeto, con mucho respeto y especialmente a la familia de mi
alumna, ¡por Dios! cómo lo deben estar pasando.
Mañana será otro día, donde
volveré a sentirme profesora, con ganas de enseñar, como siempre y explicarles
de nuevo que la vida es maravillosa, hoy prefiero dejarlo aquí.
És d'aquelles notícies que ningú no vol donar... Ànims!!!
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