Post del Viernes: No me gustan las personas "quejicas"

No me gustan las personas que se quejan sin motivo, yo no lo soy, puedo afirmarlo con toda la tranquilidad. No lo soy porque no me gusta la queja inútil y cuando lo hago, rápidamente me doy cuenta e intento detenerme.

Según una investigación realizada por la University Carnegie Mellon (uno de los centros de investigación superior de los Estados Unidos más importantes) en una conversación de 60' hay personas que expresan más de 50 veces su insatisfacción o queja por algún motivo. Esta insatisfacción personal pasa a ser una insatisfacción compartida que, en ocasiones, es utilizada por un tercero para incorporar su desagrado en un nuevo discurso.

Que no se me malinterprete, cuando hablo de que no soporto la queja me refiero a aquella queja que no aporta nada, que es casi destructiva para el que la escucha como para el que la hace. Me refiero a  aquellas personas que se quejan todo el día independientemente de lo que haga, viva o ocurra, que no tienen problemas o viven ninguna catástrofe aparentemente grave como otras personas que las pueden estar viviendo (con libertad y derecho para quejarse), que tiñen todo lo que hacen con un velo de miseria buscando la parte desagradable del acto o situación.

Estas personas no deben saber que cuando se quejan activan en su cerebro una respuesta de estrés que puede llegar a lastimar sus conexiones neuronales de las áreas vinculadas a la memoria y a la capacidad de gestionar situaciones complicadas. Además, no comprenden que sus palabras no aportan, que  ensombrecen una conversación, que generan un ambiente negativo o poco "cómodo" para los que los escuchan, que devoran la energía de los demás. 

Sé que no soy nadie para decir como debe comportarse una persona pero si me considero con la libertad de exponer que la queja por la queja no beneficia a nadie, que como adultos debemos aprender a distinguir qué es un problema real al que no lo es y si necesito quejarme hagámoslo pero presentando alternativas para mejorar la situación. Me considero una persona empática y por ello intento comprender a los demás dedicando tiempo a ello pero las personas "quejicas" no deben robarnos más de lo que se roban a sí mismos. Utilicemos la queja cundo sea necesario, olvidémosla cuando no aporte absolutamente nada.

Ignoremos y neutralicemos la queja, seamos disciplinados y no dejemos que rutinas poco favorables para nuestra mente y la de los demás contaminen. Bonito ejercicio para empezar un nuevo fin de semana...

Imagen: Salvo Noé