Y es que nadie nos enseña a perder...
Durante estas últimas semanas he estado analizando cuánto tiempo invertimos a justificar nuestros errores o aquello que consideramos como fracasos y el análisis me permite poder afirmar que la dedicación es muy elevada. Nuestras justificaciones se unen a pedir perdón reiteradamente por nuestros intentos fallidos, en ocasiones a atribuir la culpa a terceros o auto desvalorarnos por acciones que nos han llevado a un lugar diferente al que deseábamos llegar. Y es que nadie parece que nos enseñe a perder...
Por contrario, muy pocas personas son capaces de exponer de una forma natural todo aquello que consideran aciertos o éxitos conseguidos. Parece de persona prepotente o soberbia cuando alguien explica un objetivo logrado o una experiencia que le ha llevado a conseguir un deseo personal o profesional. Me parece muy curioso y, por qué no decirlo, también algo triste. Y es que deberíamos poder hablar del éxito y el fracaso con la misma naturalidad pero la mayoría de los mortales no somos capaces de hacerlo con serenidad y normalidad.
Además, nadie nos enseña a que equivocarse es parte del camino, de que el error se convierte miles de veces en el mejor maestro para llegar allí donde deseamos. Desde que somos niños no explican y recuerdan, una y otra vez, que nuestro esfuerzo nos tiene que llevar a hacer siempre las cosas bien, a ser cada día mejor que el día anterior y especialmente, mejor que los demás. La sociedad se transforma en un lugar algo peligroso donde tienes que aprender a moverte con rapidez para que otros no lo hagan antes robándote tu lugar o oportunidad.
Pero yo hoy reivindico la posibilidad de equivocarme y de poderlo hacer muchas veces. Reivindico la posibilidad de poder volverlo a intentar. Reivindico la oportunidad de cambiar de forma de pensar sin que me sienta presionada por hacerlo. Reivindico poder tener más libertad para intentar todo aquello que por tiempo o por opción aun no he probado, aunque otros consideren que ya es demasiado tarde. Reivindico poder pensar y sentir como elija. Reivindico poder ser diferente a lo que lo era ayer. Y si por todo ello me llaman perdedora...quiero ser de este tipo de personas.
¡Buen fin de semana lleno de intentos, pruebas y cambios para tod@s!
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