Hace unos meses me invitaron a descubrir un movimiento llamado The Minimalism (Minimalismo). Desde que me hablaron de él empecé a interesarme y mi identificación fue instantánea. El Minimalismo reflexiona sobre cómo nuestro estilo de vida y la relación que establecemos con las cosas materiales y con todo lo que nos rodea determina nuestra forma de pensar y de actuar. Conocerlo me ha ayudado a reflexionar sobre la dependencia que tengo con los objetos, muchos de las cuales pueden llegarnos a atar o esclavizar. Existe una página que recoge toda esta filosofía y que te invito a navegar por ella si quieres tener más información http://www.theminimalists.com , también puedes escuchar alguno de sus podCasts que puedes encontrar en ITunes, Google Play o YouTube.
¿Cómo podríamos definir qué es Minimalismo? Minimalismo es una "herramienta" para liberarse de los excesos de la vida (cada uno deberá determinar los suyos) a favor de concentrarnos en lo que realmente es importante, para que así podamos encontrar la felicidad, la satisfacción y la libertad.
¿Cómo podríamos definir qué es Minimalismo? Minimalismo es una "herramienta" para liberarse de los excesos de la vida (cada uno deberá determinar los suyos) a favor de concentrarnos en lo que realmente es importante, para que así podamos encontrar la felicidad, la satisfacción y la libertad.
Sin conocer este movimiento algo pasó en mi cuando tuve que "vaciar" mi piso de Barcelona por viajar a New Zealand. Aun considerándome una persona muy práctica y con poca necesidad de comprar (odio ir de compras) durante aquellos días descubrí que en casa tenía objetos que no había utilizado hacía mucho tiempo, incluso años: utensilios de cocina, libros olvidados en lo alto de una estantería, pequeños objetos comprados en viajes guardados en cajas que no había vuelto a abrir... Decidí regalar muchos de ellos y otros los llevé a algunas entidades que podían hacer buen uso. En un principio pensaba que me iba a costar mucho más seleccionar qué me quería quedar y cuáles saldrían de casa para siempre, especialmente los libros y los Cds, pero pude decidir rápidamente y al hacerlo hice me sentí contenta y satisfecha, mucho más libre. Adiós a la televisión (que hacía mucho que no veía), a mucha ropa y complementos, a muchos objetos relacionados con deportes que ya no practico, etc.
Siento cada vez más que quiero una vida más sencilla (que no más simple) y significativa, menos llena de aquello que sobra, donde lo necesario se transforme en fundamental. Entiendo por ello una vida con propósitos llevados a cabo desde la fortaleza y la estabilidad que me hagan crecer pero que no me unan a objetos que me quiten libertad o a personas que no me lleven a crecer. Entiendo que podemos disfrutar con las cosas pero que no las necesitamos para ser feliz.
Hace unos días deliberaba en mi running matutino sobre la diferencia de tener una vida feliz o una vida significativa. Creo profundamente que podemos tener una vida feliz y significativa a la vez, por supuesto, pero es necesario no relacionar la felicidad replanteamientos que no te llevan a actuar, a vivir locamente sin consciencia o a esperar que todo llegue desde fuera y arregle a aquello que parece que no funciona en nosotros.
La distinción entre felicidad y significatividad tiene una larga trayectoria en la historia de la filosofía y la psicología. De forma muy resumida, la felicidad, y así la entiendo yo, es buscar el placer interior y exterior y la significatividad vivir de forma más consciente, conectar con lo que somos, con lo que hacemos o decimos, con lo que comemos...
Antes de acabar el año millones de personas escriben sus propósitos para el año nuevo. ¿Cuántas de estas intenciones expresan el deseo de una vida más feliz? Pero el problema es que nos olvidamos de pensar y concretar cómo lo haremos, qué tendríamos que cambiar o añadir en nuestra vida para conseguirlo.
Vivir desde la significativad, desde una vida mucho más minimalista, para mi supone:
1. Conocerse, aceptarse, respetarse y exigirse.
2. Conocer a las personas con las que nos relacionamos y respetarlas, aceptarlas, crecer con y junto a ellas.
3. Conseguir bienestar desde el interior y no desde el exterior sin tener que depender de objetos para ganar en felicidad e ilusión.
4. Dedicar nuestro tiempo a aquello que nos apasiona, con consciencia del aquí y el ahora.
5. Trabajar para conseguir aquello que deseamos, que nos quita el sueño por la ilusión, que tenemos ganas de compartir con los demás.
6. Crear y consumir mucho menos.
7. Dar a las cosas el valor que tienen y no tener la sensación de que ellas son las que nos dan valor a nosotros.
8. Deliberar sobre qué usamos, qué sentimos y qué queremos.
9. Cuidar respetuosamente nuestro cuerpo (alimentación, deporte y descanso) y nuestra mente.
El nuevo camino de autoconocimiento y autoconsciencia iniciado a raíz de esta tendencia minimalista me está llevando a nuevos cambios en mi vida.
¿Te atreverías a hacer un listado con todos aquellos objetos que tienes en casa y que no usas? Escribe el nombre de aquellos que hace más de 3 meses no has utilizado y hasta has olvidado que están a tu alrededor. Créeme que el listado te sorprenderá como me sucedió a mi...El siguiente paso únicamente lo puedes decidir tú.
!Queramos a la gente y usemos los objetos ...al revés no funciona...!
Buen fin de semana más minimalista a tod@s!
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