Esta semana me publicaban un breve escrito en el periódico La Vanguardia donde reflexionaba sobre el poco respeto que se tiene hacia el profesorado. Soy maestra, psicopedagoga, logopeda, maestra de inglés y estoy haciendo un doctorado. Con ello no quiero presumir sino constatar que la mayoría de personas que formamos el cuerpo docente somos personas formadas, comprometidas y entusiastas, sino no nos dedicaríamos a esto de enseñar... No comparo mi oficio con ningún otro porque no son comparables. Cada persona elige a qué dedicarse. Es verdad que no todas tienen la suerte de ejercer por lo mucho que han estudiado. Yo puedo decir que sí lo hago y me siento afortunada por ello. Exijo respeto por todas las profesiones (enfermeros, policías, barrenderos, empresarios...) pero también por la mía. Si no existiera el cuerpo docente no existiría la educación ¿quién no recuerda un maestro o maestra especial? Quizás porque recibió de él unas palabras curativas o porque era extraordinario explicando cuentos o simplemente por sus miradas y grandes explicaciones.
Respeto, respeto y respeto...por TODOS y para TODOS...porque los docentes hacemos mucho más que hacer punta a un lápiz... Buen fin de semana a tod@s!
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