Ilusión por comprar una rosa para la persona que aprecias o quieres. Cientos de paradas con flores, rojas y amarillas inundan la ciudad sin que el color de las mismas molesten a nadie. Con la venta de muchas de ellas, se impulsarán nuevas iniciativas solidarias que tendrán como objetivo principal hacer la vida mejor a un colectivo específico que lo necesita (entre ellos muchos tratamientos médicos que pueden llegar a salvar muchas vidas). Ya a primera hora de la mañana, los libreros y libreras se apresuran a preparar su parada con cientos de libros. Muchos de sus autores visitarán las mismas a la espera que muchos lectores hayan elegido su volumen para que se los pueda dedicar, ilusión máxima y compartida tanto para el autor como para el lector. En mi run matutino corro por la Rambla y el Paseo de Gracia y descubro cómo se prepara la ciudad para un día tan esperado: nervios, risas, deseos de que el tiempo respete y sea un gran día. Desde primera hora de la mañana, las calles se llenan de personas que pasean por Barcelona, una urbe que se engalana de forma presumida para mostrar todos sus encantos igual que otras muchas ciudades y pueblos de Cataluña y otros lugares de España para celebrar el Día de Sant Jordi (Jorge), el día de los libros y las rosas, el día de la amistad y la literatura.
Observo a la gente por la calle y parece que hoy es un poco más feliz. En poco más de una hora, tres compañeros de trabajo me transmiten que para ellos hoy es el mejor día del año y yo contesto repetidamente que para mí también. Una fiesta rodeada de historias y de flores, de príncipes y sueños por cumplir, de lecturas y de mucho amor y amistad consigue sacar a la calle a miles de personas, consigue que por un día se olvide la densa campaña electoral (un periodo que se ha convertido en un tiempo lleno de insultos, reproches, mentiras de aquellos que pretenden ser nuestros representantes políticos en un presente y futuro muy incierto a nivel político) , que consigue que los resultados de los partidos de futbol queden en segunda opción en las conversaciones de pasillo o ascensor, que consigue que las vidas de muchas personas se llenen de ilusión por un día. Cientos de Whatsapps o mensajes privados vuelan por las redes con imágenes que nos recuerdan y nos desean un feliz día, en el mejor día del año. En los colegios los certámenes literarios, las lecturas interrumpidas, las visitas de autores y de algún booktuber..hacen que por un día las letras ganen a lo que habitualmente llenan los patios y los pasillos.
Es un día donde las ganas de escribir me llevan a expresar que el mundo debería ser mucho más sencillo, como sucede en Sant Jordi, por la libertad que reina en el ambiente en el momento de comprar el libro que te apetece leer o regalar y o de elegir el color de la rosa con la que quieres sorprender a alguien, porque poder pensar y actuar diferente deja de ser un problema. Hagamos que cada día sea Sant Jordi y leamos más, compremos libros porque la realidad lo necesita....así lo explica maravillosamente mi gran admirado y amigo Jordi Nadal, editor y fundador de Plaforma Editorial:
" La verdad necesita libros, lectura y lectores. Sin lectores, perderemos los matices, y sin estos, perdemos toda esperanza de poder convivir en paz. El blanco y el negro guerrean a gusto.Una frase, un pensamiento de un personaje, te hace más libre porque te quita el pesado equipaje del pensamiento único. Sucede tanto cuando lees un buen libro como cuando disfrutas de la lectura de buena prensa o escuchas pensamientos poderosos y esclarecedores en radio, en televisión, en cine o en una conversación afortunada. Atentos, por tanto, a los profesionales de las palabras masivas: tanto autores como guionistas, en cualquier medio, tienen buena cuota de responsabilidad de lo que pensamos. Hay que leer –y escribir y pensar– desde la responsabilidad y la serenidad.
Que las letras inunden nuestras vidas. Feliz fin de semana para tod@s repleto de buenas lecturas, buenas elecciones y mucha, mucha tolerancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario