Me gusta conversar, me gusta hacerlo sin prisa.
Me gusta hacerlo delante de un café o de un sencillo desayuno. La palabra recibida y la palabra ofrecida desde la serenidad y la tranquilidad gana en valor, muchas veces en valor terapéutico.
Pero ahora casi no tenemos oportunidad para dedicar nuestro tiempo a una buena conversación.
¿Cuántas veces decimos a la semana: ¡tenemos que quedar!, sí, tenemos que tomar un café juntos y ponernos al día!? Y el tiempo pasa y lo hace rápidamente.
Dicen que ahora no tenemos tiempo para hacerlo, que lo hacemos de otra manera utilizando las redes sociales o la mensajería móvil, pero no es comparable. Nada puede substituir sentarse delante de una taza de café, hablar, mirar a los ojos, con y desde la honestidad. No hay nada más profundamente estimulante que una buena conversación para nuestro bienestar psicológico y emocional.
En mi vida las conversaciones han sido muy importantes. Me han permitido conocerme y entenderme. Me han permitido conocer a muchas personas y entenderlas mucho mejor. Las conversaciones que me han ayudado a elegir, a saber respetar y respetarme, a abrir nuevos caminos y a cerrar otros, a intercambiar ideas, a abrir horizontes a mi mente, a transformarme.
Busquemos tiempo para estas conversaciones. Busquemos tiempo para hablar, para compartir, para saber cómo está el otro, ...
Hagámoslo con más frecuencia. Hagámoslo sin prisa, disfrutando, compartiendo. Hagámoslo con inteligencia, habilidad y comprensión. Entreguemonos al intercambio, dejémonos transformar por una óptica diferente a la nuestra.
Hablemos, hablemos mucho, hablemos muchísimo...porque el mundo sería muy diferente si supiésemos hacerlo más...
Buen fin de semana lleno de ricas conversaciones para tod@s!
Buen fin de semana lleno de ricas conversaciones para tod@s!
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