Corro. Llevo toda la semana corriendo. Corro en los entrenos. Corro para acabarlos. Corro para llegar al trabajo. Corro para acabarlo. Corro para llegar a tiempo. Corro para coger el tren. Corro para poder empezar una reunión. Corro para acabar el encuentro. Y hago correr a los demás y me piden: ¡Déjame que lo disfrute ahora!
Paro. Y en ese preciso momento me doy cuenta de las veces que me acelero. Sé que mi forma de pensar y de actuar, en muchas ocasiones, es algo más rápida a la de otras personas con las que convivo y trabajo, ni mejor ni peor, todo es cuestión de velocidad. Esta incapacidad de dejar de generar ideas y visualizar lo que puede llegar a pasar en algunos momentos es muy efectiva y fructífera pero en otros momentos me lleva a perder "presencia" del momento presente.
Paro. Y en ese preciso momento me doy cuenta de las veces que me acelero. Sé que mi forma de pensar y de actuar, en muchas ocasiones, es algo más rápida a la de otras personas con las que convivo y trabajo, ni mejor ni peor, todo es cuestión de velocidad. Esta incapacidad de dejar de generar ideas y visualizar lo que puede llegar a pasar en algunos momentos es muy efectiva y fructífera pero en otros momentos me lleva a perder "presencia" del momento presente.
Hoy toca hacer de nuevo auto evaluación siendo consciente que cómo funciona mi mente. En mis ratos de meditación robo unos minutos para pensar en ello. Hago un ejercicio de repaso y memoria y transcribo algunas de las respuestas que he recibido últimamente originadas por mi "impulsividad y aceleración" mental para constatar las veces que me anticipo a los hechos. Ahí van y no son pocas...
- No me hables de la próxima primavera, estando en invierno.
- No me hables de la próxima carrera, empezando un nuevo entreno.
- No me hables del próximo viaje, llegando de nuevo al aeropuerto.
- No me hables de cuándo marcharemos, si acabamos de llegar.
- No me hables sobre cuál será tu próximo proyecto, antes de acabar el iniciado.
- No me hables de la próxima investigación sin saber dónde te llevará la que llevas entre manos.
- No me hables de lo que falta, dime lo que ya hay.
- No me preguntes qué haremos para cenar si aun no hemos comido.
- No me hables de lo que quieres conseguir, háblame de lo que ya has conseguido.
- No me digas cuando llegas, si aun no has salido.
- No me digas cuando llegas, si aun no has salido.
Aprender que realmente se vive antes de morir. Entender que cada minuto ya no volverá. Comprender que la vida acaba siendo un juego que "suma cero" porque llegamos a ella sin nada y la dejamos de igual forma. Descubrir cuándo es necesario y cuándo no lo es anticiparse.
Parar, respirar y seguir.
Buen fin de semana a tod@s sin "aceleraciones" o prisas innecesarias.
Parar, respirar y seguir.
Buen fin de semana a tod@s sin "aceleraciones" o prisas innecesarias.
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