A veces parece que vivamos en una pecera.
Somos observados 24 horas desde la distancia por personas que creen conocernos.
Nos observan a partir de sus propias creencias y percepciones.
Se nos juzga e interpreta por cada uno de nuestros actos.
No rodean cámaras que conocen nuestros movimientos,
que podrían explicar nuestra vida minuto a minuto,
y esto asusta, me asusta.
Nosotros también lo hacemos,
miramos y creemos conocer a los demás.
miramos y creemos conocer a los demás.
Conocemos y afirmamos interpretando una mirada o una palabra.
Pero, ¿y si nos ven diferente a lo que realmente somos?
¿Y si vemos diferente al otro?
¿Y si somos capaces de ver lo que otros no pueden?
Sería maravilloso aprender a observar desde lo que uno es,
teniendo la oportunidad de vivir como uno quiera.
Cohabitar en mundos distintos que no se opongan sino que puedan complementarse.
Porque todo es diferente pero todo se perfecciona si estamos abiertos para que suceda.
Sin empequeñecer o ensombrecer a nadie,
sin limitar,
mirar para enriquecerse y aprender.
¿nos atrevemos?
¿Qué pasaría si fuésemos capaces de hacerlo?
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