Recuerdo sus manos sobre las mías. Me las calentaba cuando llegaba a casa después del instituto deseosa de volverla a ver. Anhelo sus besos, su mirada y sus imperiosas ganas de aprender. Una aprendiz de más de 90 años que había tenido una vida difícil soportando una guerra que nadie entendió, la falta de posibilidades económicas para atender a sus hijos como ella hubiese deseado y la muerte de un joven marido e hijo. Pero su actitud siempre fue positiva, ni una queja, ni un lloro fuera de lugar. ¿Cuándo empezó a ser una mujer mayor? Cuando decidió que había llegado la hora de irse, nunca antes. Aprendió a escribir cerca de los 80 años y se emocionaba cuando podía firmar sin tener que utilizar su huella dactilar escribiendo su largo nombre con letras temblorosas pero sin necesitar la ayuda de nadie. Con ella compartí sus primeras lecturas de palabras emocionada como un niño cuando lee por primera vez la palabra papá. Nunca quiso dejar de aprender, de moverse aunque su cadera casi no se lo permitía, de querer entender todo lo que le rodeaba.
¿Cuándo te conviertes en una persona mayor? ¿Cuando empiezas a ser VIEJO? Creo que depende de cada uno, es realmente una opción personal. Recuerdo ahora cuando hace 8 meses opté por dejarlo todo para viajar a la otra parte del planeta. Me acuerdo cuando decidí compartir la noticia con mis compañeros y amigos. La mayoría se extrañaba y algunos de ellos me dijeron pero ¿no eres demasiado mayor para esto? Cuando lo recibía me apenaba que equiparemos los años de una persona con sus ilusiones y sueños. Si tienes ganas de aprender ¿quién debe poner las barreras? Ahora comparto mis días con gente de más de 27 nacionalidades, de edades muy diferentes, cada una estudiando aquello que ha elegido, que le mueve a estar muy lejos de los suyos porque el esfuerzo vale la pena, no paro de aprender con ellos y de ello...aunque algunos piensan que ya soy algo mayor.
En New Zealand observo a la gente con más de 70 años y su aspecto me impacta. Sus rostros casi sin arrugas, sus claros ojos que regalan vida y experiencia, su aspecto juvenil me hace pensar que no existen viejos en este país, sólo personas con edad. Peter tiene más de 80 años. Dirige un grupo de voluntarios con entusiasmo y ilusión. Me saluda al verme con mucha educación. Sus grandes manos y su fuerza al estrecharme las mías me lleva a pensar que tiene aún mucha fuerza guardada. James, mi vecino de más de 70, me pregunta si necesito algo mientras corta madera sin cesar. En este tiempo nunca le he visto triste. Me saluda cada mañana con una una gran sonrisa mientras coge su coche para irse a trabajar, ni una queja, da igual que sea lunes o viernes. Aquí la gente no se jubila, es gente activa, gente que vive abocada a sus proyectos unidos a una naturaleza que les alimenta y les invita a salir de casa.
En New Zealand observo a la gente con más de 70 años y su aspecto me impacta. Sus rostros casi sin arrugas, sus claros ojos que regalan vida y experiencia, su aspecto juvenil me hace pensar que no existen viejos en este país, sólo personas con edad. Peter tiene más de 80 años. Dirige un grupo de voluntarios con entusiasmo y ilusión. Me saluda al verme con mucha educación. Sus grandes manos y su fuerza al estrecharme las mías me lleva a pensar que tiene aún mucha fuerza guardada. James, mi vecino de más de 70, me pregunta si necesito algo mientras corta madera sin cesar. En este tiempo nunca le he visto triste. Me saluda cada mañana con una una gran sonrisa mientras coge su coche para irse a trabajar, ni una queja, da igual que sea lunes o viernes. Aquí la gente no se jubila, es gente activa, gente que vive abocada a sus proyectos unidos a una naturaleza que les alimenta y les invita a salir de casa.
A veces imagino en mi cabeza un listado de todas aquellas cosas que cuando tenga más edad, cuando pueda disponer de mucho más tiempo libre quiero llegar a hacer. Estudiaré nuevas profesiones entre ellas periodismo y filosofía, seguiré corriendo allí donde vaya, recuperaré la lectura de todos aquellos libros que he dejado por el camino, aprenderé nuevos idiomas, visitaré otros países e investigaré sobre sus tradiciones, me ofreceré en todas aquellas iniciativas donde pueda colaborar para hacer la vida un poco mejor de los demás...Sólo pido salud, lo demás ya lo pondré yo.
Por ello llego a la conclusión que mayor es aquel que deja de ilusionarse, que no tiene curiosidad, que no quiere afrontar los continuos fracasos, que pone por excusa la edad para no programar nuevos propósitos, que se ha cansado de vivir...da igual que tengas 20 o 90...la actitud es la que nos mueve a hacer o no hacer...¡Yo no quiero ser VIEJA nunca! Así que empiezo a enfocar el futuro con esta mirada...¿y tú?
Buen fin de semana a tod@s!
Emocionant escrit, Yolanda. El teu post és un cant al futur. Et felicito per les teves il·lusions i projectes. Ens serveixen a tots.
ResponderEliminarMoltíssimes gràcies Miquel per les teves boniques paraules, m'omplen d'alegria, que no deixem mai de tenir il.lusions i projectes!
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