Todo llega, todo pasa; pasa y se disfruta. Te esfuerzas por ello, yo por lo menos lo hago. No pienso quejarme de que acaban las vacaciones, de que han pasado muy rápido, de lo duro que es volver a la rutina, a las obligaciones laborales, porque ni lo vivo ni lo siento así.
Hay una frase que he leído este verano que me ha acompañado y me ha hecho reflexionar por lo certero de su contenido: gastamos muchísima energía en controlar y organizar el futuro, mientras que perdemos el tiempo presente y cuando nos damos cuenta ya es tiempo pasado.
Por ello doy gracias por estos días en San Francisco EEUU, por correr su maratón, conocer e inspirarme en Stanford University, participar en el acto de clausura de Imagine, recorrer 330km del Camino de Santiago en pocos días pero con alta intensidad cumpliendo una vieja promesa. Por los días con los peques de casa haciendo lo que a ellos les apetece, las conversaciones en familia compartiendo nuevos proyectos, con los buenos amigos donde sólo tienes que ser no hacer, por los "tridays" en Fuerteventura. Por las buenas noticias, por los mensajes con el móvil que me hacen reir, por los nuevos sueños y retos que están por llegar que ya aparecen detrás de la esquina y por los muchos que no conozco pero que me harán vibrar. Por las buenas lecturas, por los almuerzos sin prisa, por todo lo que me hace crecer, por los "y qué hago yo aquí cansándome tanto en vacaciones", por los desesperos, por los silencios, por las horas escuchando la radio en la otra parte del mundo… ¿Después de todo esto puedo quejarme?
Bienvenido Septiembre, ya estoy casi preparada. Km0…It's time to go...
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