Oigo campanas y siempre que esto ocurre debo pararme a disfrutar de su armónico sonido que me traslada al pequeño pueblo de Taizé, en Francia, donde pasé momentos muy importantes de mi vida. Las campanas son para el verano porque disfruto de ellas en este tiempo. Las escucho en diferentes pueblos y siempre me invitan a parar, a observar y sobre todo a recordar. Es curioso como algunos sonidos te absorben, te transportan, te emocionan y te ayudan a que recuerdos vuelvan a ti sin que existan palabras que te permitan explicar qué sientes en ese momento.
Para mi el verano tiene otros sonidos especiales: el sonido de los aspersores que riegan el jardín, del hierro que golpea el mástil antes de salir al mar, de cantos de pájaro cuando se comunican unos con los otros, de las hojas del libro que lees hasta cansarte o quedarte dormido, de risas, de brisa...
Pienso que tendríamos que tener la capacidad de escuchar más, con mucha más calidad y atención. Nuestro cuerpo tiene dos orejas y sólo una boca y me temo que no es por casualidad. Esta semana he querido hacer un pequeño ejercicio para ser un poco más consciente de lo que sonidos que me rodean y me recuerdan de lo afortunada que soy de poderlos captar y sentir. Algunos de ellos son:
- las risas intensas sin saber muy bien el motivo que las provocan.
- los avisos del semáforo que alerta su cambio de color.
- la rotura de ramas y hojas secas mientras las piso corriendo.
- el movimiento del agua cuando nado.
- los timbres que recuerdan una sonata conocida.
- Los numerosos sonidos que emite el móvil.
- El sonido de las techas cuando golpeo mi teclado.
- Las voces de los locutores de radio en numerosos momentos del día.
- El tic-tac del reloj que llevo en la muñeca.
Saber escuchar se convierte en casi un arte. Es un proceso fundamental para poder comunicarnos, para mostrar respeto y acoger al otro, para entender todo lo que hay a nuestro alrededor, huyendo de los prejuicios e las interpretaciones. ¿Cuál sería tu lista de sonidos conocidos? ¿Dónde te transportarían?
Si escuchásemos más seríamos capaces de vivir la vida con más intensidad, no diríamos muchas de las cosas que decimos y luego nos arrepentimos. Aprendamos a captar la vida desde los sentidos y un buen paso para empezar es escuchar con más intensidad y respeto, creo que es un acertado paso que nos llevará a convertirnos en personas más sabias y tolerantes.
Buen fin de semana de sonidos intensos para tod@s!
- el movimiento del agua cuando nado.
- los timbres que recuerdan una sonata conocida.
- Los numerosos sonidos que emite el móvil.
- El sonido de las techas cuando golpeo mi teclado.
- Las voces de los locutores de radio en numerosos momentos del día.
- El tic-tac del reloj que llevo en la muñeca.
Saber escuchar se convierte en casi un arte. Es un proceso fundamental para poder comunicarnos, para mostrar respeto y acoger al otro, para entender todo lo que hay a nuestro alrededor, huyendo de los prejuicios e las interpretaciones. ¿Cuál sería tu lista de sonidos conocidos? ¿Dónde te transportarían?
Si escuchásemos más seríamos capaces de vivir la vida con más intensidad, no diríamos muchas de las cosas que decimos y luego nos arrepentimos. Aprendamos a captar la vida desde los sentidos y un buen paso para empezar es escuchar con más intensidad y respeto, creo que es un acertado paso que nos llevará a convertirnos en personas más sabias y tolerantes.
Buen fin de semana de sonidos intensos para tod@s!
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