El tiempo va pasando y parece que estamos siendo capaces de superar esta dura tercera ola. Una situación que se está haciendo dura para muchos. A veces las personas que gestionan esta pandemia parece no encontrar respuesta a los problemas colaterales que van apareciendo. No digo que sea fácil, pero si imprescindible. Esta situación impide intuir cómo serán los meses que están por venir y esto crea incertidumbre y puede llegar a desesperar.Pero poca cosa podemos hacer más que seguir hacia delante.
Delante de esta situación, como en muchas otras, cada persona tiene la libertad de formar parte del problema o ser la solución. Hay personas que se especializan en los problemas y otros lo hacen en las soluciones. La humanidad ha evolucionado por las personas y organizaciones que son capaces de disolver o solucionar los problemas. Otras parecen dedicar todo su esfuerzo a engrandecerlos.
Formar parte del problema o ser la solución, en gran parte, está relacionado con la actitud que adoptamos. Es una forma de enfrentarse a la vida y a todo lo que está relacionado con ella. Pero, ¿cómo podríamos definir a estos dos grupos de personas? Vamos a intentarlo:
Personas que forman parte del problema: individuos que habitualmente les cuesta observar lo que sucede a su alrededor con perspectiva, tienen dificultad para ponerse en la piel de los demás. Buscan continuamente la discusión y el conflicto y se muestran irascibles. Son especialistas en quejarse, en constatar todo aquello que sale mal y rechazan cualquier cambio. Exigen, pero no cumplen, critican, pero no asumen que se equivocan.
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