jueves, 25 de febrero de 2021

Post del Viernes: ¿Qué tienen en común Michael Jordan y el Dalai Lama?

Esta semana leía un maravilloso artículo titulado: What Do Michael Jorda and the Dalai Lama have in Common? Si quieres  puedes leerlo en  https://lithub.com/what-do-michael-jordan-and-the-dalai-lama-have-in-common/. Llevo 5 años investigando sobre el talento y su desarrollo, un tema que me apasiona y que se ha convertido en el foco de atención de mis investigaciones relacionadas con la educación de los alumnos con alta capacidad y con el desarrollo deportivo. El talento es una palabra difícil de definir, pero necesaria de conocer si queremos seguir evolucionando en nuestra vida. Todos poseemos de algún talento pero no del mismo y de la misma capacidad. En el artículo se exponen algunas de las características que se repiten y ayudan a definir a grandes deportistas talentosos. Además de sus excepcionales condiciones físicas se suma su capacidad única para permanecer profundamente relajados y conscientes incluso cuando están sometidos a una alta presión. Esta capacidad describe el comportamiento de unos de los mejores jugadores de baloncesto de la historia: Michael Jordan. Una persona capaz de mantenerse en calma en medio de un momento de máxima tensión e intensidad, con capacidad para poder leer las situaciones complicadas con agudeza y máxima serenidad, de gestionar situaciones que a otros, tan solo pensarlas, ya nos haría perder los nervios y empequeñecer. Estas capacidades se asemejan a las manifestadas en muchos otros deportistas como el nadador Michael Phelps o el corredor Eliud Kipchoge capaz de correr 42km en menos de 2 horas pareciendo relajado y consciente durante este durísimo reto, y que haya corrido una maratón alguna vez sabe muy bien de lo que estoy hablando. Gente de mentalidad muy fuerte con capacidad para estar relajados como si estuviesen meditando. Estas cualidades describen también curiosamente al Dalai Lama quien es capaz de focalizar su atención delante de una situación difícil durante un largo periodo de tiempo. ¿Por qué son capaces de vivir situaciones muy estresantes desde esta serenidad interior? Está claro que además de poseer un  talento natural se le suma incontables horas de práctica, esfuerzo y dedicación. Pero también autoconocimiento, autoconfianza y respeto por uno mismo. NADA es gratuito en esta vida y la suma de muchos factores marca la diferencia.

Flexibilidad, serenidad y control...¿Y si fuésemos capaces de vivir las situaciones diarias  desde este triple enfoque? ¿Seríamos capaces de afrontar la vida de manera distinta? ¿Cuántos enfados nos evitaríamos? ¿Cuántas discusiones y malos momentos dejaríamos de vivir? Estoy convencida de que mejoraríamos nuestro auto cocimiento, que interactuaríamos con nuestro entorno de manera muy distinta a la que lo hacemos habitualmente. Todo tendría otro tono y lo veríamos desde otra mirada. El talento y cómo utilizamos nuestras habilidades nos permite convertirnos en dueños absolutos de nuestra vida y, si es así, deberíamos intentarlo porque, aunque parezca mentira, solo vamos a vivir una vez...y esto nos iguala a todos.

¡Buen fin de semana!

jueves, 18 de febrero de 2021

Post del Viernes: ¿Se puede querer algo que no conoces?


El otro día mientras regresaba a casa leía en una valla publicitaria un eslogan que decía: 

¡Quiere todo lo que conoces!

Me llamó la atención, Y pensé ¿todo?, pero ¿todo, absolutamente? Se me hace difícil imaginar si es posible. Pero seguidamente pensé: 

Y ¿Es posible querer algo que no conoces o no puedes tocar?

Y la reflexión me llevó a pensar que QUERER es un verbo que engloba actos y maneras tan complejas y distintas que es difícil de definir. Por otro lado, y aunque parezca una oposición, querer en el fondo debería ser algo muy sencillo. Haciendo un listado rápido, de lo primero que me viene a la cabeza ,puedo afirmar que habitualmente queremos a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestras mascotas... Pero también queremos a personas que no conocemos porque parece que algo nos une a ellas. También queremos a la libertad, la comprensión o la solidaridad. 

Creo que la diferenciación está en que sabemos querer, pero lo hacemos de forma distinta, con una intensidad diferente, según como somos...ahí está la grandeza de este acto:

- Queremos a nuestros padres, pero no queremos igual a nuestra pareja. 

- Queremos a nuestros hermanos, pero no queremos igual a nuestros hijos o sobrinos.

- Queremos a nuestros amigos, pero no queremos igual a nuestros conocidos.

- No todo el mundo quiere y le otorga el mismo valor a la libertad, el respeto o la tolerancia.

Parece una tontería verdad, ¡pues no lo es! Porque si todos tuviésemos la capacidad de QUERER más, de diferente manera, pero de QUERER con mayor amplitud a todos y a todo lo que nos rodea ¿creéis que el mundo sería igual? ¿Creéis que la relación con las personas se daría de igual manera?

Que cada cual conteste, si QUIERE, estas preguntas...

¡Buen fin de semana para tod@s!

jueves, 11 de febrero de 2021

Post del Viernes: ¿Formar parte del problema o ser la solución?

El tiempo va pasando y parece que estamos siendo capaces de superar esta dura tercera ola. Una situación que se está haciendo dura para muchos.  A veces las personas que gestionan esta pandemia parece no encontrar respuesta a los problemas colaterales que van apareciendo. No digo que sea fácil, pero si imprescindible. Esta situación impide intuir cómo serán los meses que están por venir y esto crea incertidumbre y puede llegar a desesperar.Pero poca cosa podemos hacer más que seguir hacia delante.

Delante de esta situación, como en muchas otras, cada persona tiene la libertad de formar parte del problema o ser la solución. Hay personas que se especializan en los problemas y otros lo hacen en las soluciones. La humanidad ha evolucionado por las personas y organizaciones que son capaces de disolver o solucionar los problemas. Otras parecen dedicar todo su esfuerzo a  engrandecerlos.

Formar parte del problema o ser la solución, en gran parte, está relacionado con la actitud que adoptamos. Es una forma de enfrentarse a la vida y a todo lo que está relacionado con ella. Pero,  ¿cómo podríamos definir a estos dos grupos de personas? Vamos a intentarlo:

Personas que forman parte del problema: individuos que habitualmente les cuesta observar lo que sucede a su alrededor con perspectiva, tienen dificultad para ponerse en la piel de los demás. Buscan continuamente la discusión y el conflicto y se muestran irascibles. Son especialistas en quejarse, en constatar todo aquello que sale mal y rechazan cualquier cambio. Exigen, pero no cumplen, critican, pero no asumen que se equivocan.

Personas que forman parte de la solución: individuos que habitualmente aportan más soluciones y alternativas que quejas, que se apasionan por aprender, por probar nuevas cosas. Que no tienen pereza a echar una mano, a compartir su conocimiento o a encarar los problemas con responsabilidad y entusiasmo para adaptarse a las nuevas demandas y exigencias. Son personas generosas, líderes que motivan y no esperan que les motiven.
 
Os invito a cada uno a pensar qué sois habitualmente, problema o solución. Yo ya lo hecho... Ya que, ya que como hay que seguir hacia delante, habrá que elegir la forma de hacerlo.

¡Buen fin de semana a tod@s!

jueves, 4 de febrero de 2021

Post del Viernes: Quizás, no siempre podemos opinar de todo


Algunos dicen, todos opinamos. 

La opinión siempre es gratuita y no nos compromete a casi nada. Solo hace falta ver cómo las personas hablamos de lo que pasa a nuestro alrededor y de los demás. Somos capaces de opinar de los temas más diversos a veces sin tener ni idea. Opinamos del vecino, de los compañeros de trabajo, de los políticos, de los profesores y hasta del taxista con el que hemos compartido escasos 5 minutos. Opinamos sobre cómo se gestionan las cosas en casas ajenas, cómo educan los demás a sus hijos... como expertos de todo y "escuchantes" de nada.

Opinamos sin valorar realmente cómo pueden influir y qué pueden causar nuestras opiniones. La opinión es gratuita pero también, en ocasiones, dolorosa y poco constructiva. Nos atrevemos a opinar sobre la vida privada de los que nos rodean, sobre el trabajo que realizan o sobre a quien quieren. En nuestra sociedad, la libertad de expresión es un derecho básico y por supuesto lo debe seguir siendo. Todo el mundo tiene "derecho a opinar" pero deberían establecerse una "reglas mínimas e inviolables" para así poder abandonar cualquier discurso público dañino.

En nuestras opiniones influyen nuestras preferencias, nuestro pasado y cómo hemos sido educados. ¿Y qué hacer cuando escuchamos una opinión sobre nosotros que no nos gusta? Siempre que me lo preguntan en consulta hago la misma reflexión: ¿Por qué no pensar si la opinión tiene algo que ver con nosotros? Esto se convierte en un ejercicio de introspección muy interesante. Quizás, mirando un poco hacia dentro nos daremos cuenta de algo por ahí escondido al que  nos cuesta mirar a la cara. En el caso de que no haya nada que nos vincule a esa opinión ¿por qué preocuparse? Sería absurdo y muy cansado tratar de impedir que los demás no hablasen de nosotros o de lo que hacemos... todo es tan relativo, también las opiniones.

Creo que el punto clave del tema es que la libertad no está reñida con el respeto y la tolerancia. La confrontación de opiniones tiene mucho más valor que las opiniones hechas al aire. Defiendo la confrontación, la argumentación y el atender a argumentos… Lo demás importa bien poco.

Opinemos, pero cuando lo hagamos, pensemos que, como decía San Agustín, los seres humanos son curiosos para averiguar vidas ajenas y perezosos para corregir la propia.

¡Buen fin de semana para tod@s!